John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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Cuando los romanos consiguieron el alfabeto a través de los etruscos perdieron los viejos nombres de las<br />
letras y así inventaron nuevos nombres haciéndolos más parecidos a los sonidos de las letras. Eso fue un<br />
error significativo que causa confusión en los lectores novatos incluso hoy. Mediante la conquista el alfabeto<br />
latino se difundió a las lenguas de Europa. La posterior mutación de Roma en la Iglesia Cristiana Universal<br />
hizo que el latín, el lenguaje de la liturgia eclesiástica, circulara por todas partes <strong>del</strong> antiguo imperio.<br />
El alfabeto latino fue aplicado a la lengua inglesa por misioneros cristianos <strong>del</strong> siglo VII. Mientras se fundía<br />
con el inglés hablado estuvo lejos de hacer un ajuste perfecto. No había ninguna letra para representar<br />
ciertos sonidos. Los escribas tenían que ir a gatas para combinar letras y aproximar sonidos que no tenían<br />
letra correspondiente. Este proceso de asignación se complicó a lo largo de los siglos mediante repetidos<br />
préstamos de otras lenguas y por algunos desplazamientos masivos de sonidos cuyo intento de explicación<br />
ocupa aún a los eruditos.<br />
Antes de la extensión de la imprenta en el siglo XVI, no poder leer no era algo grave. No había mucho que<br />
leer. El principal volumen disponible era la Biblia, de la que las autoridades religiosas leían trozos<br />
apropiados en voz alta durante el culto y en ocasiones ceremoniales. Los textos disponibles estaban en latín<br />
o griego, pero los persistentes intentos de facilitar traducciones constituían una práctica considerada con<br />
mucho potencial para el cisma. Una Biblia inglesa oficial, la Versión Autorizada <strong>del</strong> rey Jacobo, apareció en<br />
1611, desplazando a todas las versiones competidoras en un golpe audaz que cambió el destino <strong>del</strong> pueblo.<br />
Instantáneamente, la Biblia se transformó en libro de texto universal, que ofrecía visiones a la vez <strong>del</strong>icadas<br />
y poderosas, un vibrante reparto de personajes, brillante pirotecnia verbal y más para el más humilde bribón<br />
que pudiera leer. ¡Hablamos de un despertar revolucionario para la gente común! La Biblia era eso, gracias a<br />
la deslumbrante gama de mo<strong>del</strong>os que facilitaba en las áreas de exégesis, drama, política, psicología,<br />
caracterización, además de las formidables habilidades de lectura necesarias para lidiar con la Biblia. Poco<br />
más de tres décadas después de esta traducción, el rey de Inglaterra fue depuesto y decapitado. La conexión<br />
fue directa. Nada volvería a ser lo mismo porque demasiados buenos lectores habían adquirido la<br />
proclividad a pensar por sí mismos.<br />
El magnífico aumento de la imaginación y la voz que el excepcional catálogo de lenguaje e ideas de la<br />
Biblia hizo disponible despertó en la gente ordinaria un poderoso deseo de leer para leer el libro santo sin la<br />
mediación <strong>del</strong> sacerdote. Se hicieron agotadores esfuerzos para desalentar esto, pero la Revolución Puritana<br />
y el interregno de Cromwell hizo aumentar repentinamente el nivel cultural. En ninguna parte fue tan<br />
acelerado el proceso como en las colonias británicas de América <strong>del</strong> Norte, un lugar ya muy apartado de la<br />
voz <strong>del</strong> rey.<br />
Surgió la tecnología de impresión. Como el ordenador en nuestra época, fue rápidamente incorporada en<br />
cada rincón de la vida diaria. Pero hubo aún frecuentes encarcelamientos, latigazos y confiscaciones por<br />
lectura sediciosa cuando la gente de importancia llegó a darse cuenta de lo peligrosa que podía ser la<br />
alfabetización.<br />
La lectura ofrecía muchos placeres. Deseos de satisfacer la curiosidad sobre ese tipo llamado Shakespeare o<br />
de interesarse por las reflexiones de Lord Bacon o de <strong>John</strong> Locke no eran ahora difíciles de satisfacer. La<br />
ortografía y el diseño se hicieron consistentes. Antes de que pasara mucho tiempo, los precios de los libros<br />
bajaron. Toda esta actividad intensificó la presión sobre los individuos analfabetos para que se alfabetizaran.<br />
El resultado neto de la imprenta (y <strong>del</strong> protestantismo, que impulsó a los comunicadores a ir directamente a<br />
las Escrituras, eliminando el intermediario sacerdotal), estimuló la difusión de maestros ambulantes y<br />
pequeñas escuelas privadas y de la Iglesia. Surgió una profesión para satisfacer la demanda de una forma<br />
popular para entender qué usos dar a los libros, y de ello una demanda para entender muchas cosas.<br />
11 El aula trituradora de carne<br />
El primer hombre de escuela en desafiar lo que hoy se conoce como método fonético fue Friedrich Gedike,<br />
un discípulo de Rousseau, director de un conocido Gymnasium en Prusia. En 1791 publicó la primera cartilla<br />
de primera lectura de mirar y decir, Un libro de lectura para niños sin abecé ni <strong>del</strong>etreo. La idea era