John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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entabilidad récord, casi la mitad de los norteamericanos en grandes empresas temían ser despedidos. Este<br />
miedo pone un freno a los salarios.<br />
Después, en los Estados Unidos, no son las personas las que toman decisiones, sino fórmulas abstractas: la<br />
gestión mediante reglas matemáticas hace que la compañía esté a prueba de gestores igual que a prueba de<br />
trabajadores.<br />
Finalmente, nuestro interminable consumo completa el círculo mágico, consumo dirigido por una adicción<br />
incesante a la novedad, un hábito que facilita a las empresas norteamericanas el único mercado nacional<br />
seguro <strong>del</strong> mundo. En cualquier otro sitio, en los tiempos difíciles el negocio se muere, pero no aquí: aquí<br />
vamos de compras hasta el fin, hipotecando el futuro tanto en los tiempos malos como en los buenos.<br />
¿No tiene la intuición de que Zuckerman tiene razón? Tengo pocas dudas de que la fantástica riqueza de las<br />
grandes empresas norteamericanas está psicológica y procedimentalmente cimentada en nuestra forma de<br />
escolarización. El campo de entrenamiento para estas cualidades humanas grotescas es el aula. Las escuelas<br />
enseñan a los individuos a responder como masa. Chicos y chicas son entrenados para estar aburridos,<br />
asustados, envidiosos, necesitados emocionalmente, generalmente incompletos. Una exitosa economía de<br />
producción masiva necesita esa clientela. Un pequeño negocio, o pequeña economía de granja como la de<br />
los amish necesita competencia individual, reflexión, compasión y participación universal. La nuestra<br />
necesita una clase dirigida de gente igualada, exánime, ansiosa, sin familia, sin amigos, atea y obediente que<br />
crea que la diferencia entre Cheers y Seinfeld es un tema sobre el que vale la pena discutir.<br />
La extrema riqueza de las grandes empresas norteamericanas es el resultado directo de que la escuela nos<br />
haya entrenado en ciertas actitudes, como el deseo insaciable por la novedad. Para eso están los timbres.<br />
Suenan sobre todo para decir: «Ahora a por algo diferente».<br />
6 Un movimiento de cercado para los niños<br />
El secreto de la escolarización norteamericana es que no enseña <strong>del</strong> modo que aprenden los niños, y no debe<br />
hacerlo: la escuela fue diseñada para servir a una oculta economía de mando y a un orden social<br />
<strong>del</strong>iberadamente reestratificado. No fue hecha para el beneficio de los niños y las familias tal como esos<br />
individuos e instituciones definirían sus propias necesidades. La escuela es la primera impresión que los<br />
niños tienen de una sociedad organizada: como la mayoría de las primeras impresiones, es la que queda. La<br />
vida según la escuela es aburrida y estúpida, sólo el consumo promete alivio: Coca-Cola, Big Macs,<br />
vaqueros de moda, ahí es donde se encuentra el significado real, esa es la lección <strong>del</strong> aula, aunque sea dada<br />
indirectamente.<br />
La dinámica decisiva que hizo a la escolarización obligatoria venenosa para el saludable desarrollo humano<br />
no es difícil de detectar. El trabajo en las aulas no es un trabajo significativo: falla en satisfacer las<br />
necesidades reales que urgen al individuo. No responde a preguntas reales que la experiencia despierta en la<br />
mente joven. No contribuye a resolver ningún problema encontrado en la vida real. El efecto neto de hacer<br />
todo el trabajo escolar externo a los anhelos, experiencias, preguntas y problemas individuales es hacer a la<br />
víctima apática. Este fenómeno ha sido bien entendido por lo menos desde el tiempo <strong>del</strong> movimiento de<br />
cercado británico, que sacó a los pequeños granjeros fuera de sus tierras para trabajar en fábricas. El<br />
crecimiento y la maestría llegan sólo a quienes se guían vigorosamente por sí mismos. Iniciar, crear, hacer,<br />
reflexionar, asociar libremente, disfrutar la privacidad, eso es precisamente lo que las estructuras de la<br />
escolarización están preparadas para impedir, con un pretexto u otro.<br />
Tal como veía suceder, se tardaba tres años en romper a la mayoría de los niños, tres años confinados en<br />
entornos de carencia emocional, sin nada real que hacer. En tales entornos, las canciones, las sonrisas, los<br />
colores chillones, los juegos cooperativos y otras cosas que rompen la tensión hacen mejor el trabajo que las<br />
palabras de enfado y el castigo. Hace años me llamó la atención como algo más que un poco raro el hecho<br />
de que el gobierno prusiano fuera el patrón de Heinrich Pestalozzi, inventor de la escolarización primaria<br />
psicológica multicultural de diversión y juegos, y de Friedrich Fröbel, inventor <strong>del</strong> jardín de infancia. Me<br />
llamó la atención como algo sorprendente que el socio de J. P. Morgan, Peabody, contribuyera a traer la