John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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que los tableros de mesa de aquí, retratos, tapices, espejos gigantes con marco de oro. Escribió que la sala de<br />
baile en la Casa Bulfinch de Boston sería despensa de un mayordomo en Inglaterra. Cuando Mann visitó la<br />
Casa Stafford <strong>del</strong> duque de Cumberland, recibió un shock cultural:<br />
Convictos que mueven ruedas de molino facilitan la energía para bombear agua para las fuentes. He visto<br />
equipamientos, palacios y parafernalia de realeza al lado mismo de mendicidad, escualidez y degradación en<br />
la que las mismas características de humanidad se habían transformado casi en las <strong>del</strong> bruto.<br />
Mann culpó a la iglesia anglicana de esta gran distinción entre los órdenes estratificados de la sociedad.<br />
«Prefiero Norteamérica a pesar de toda su crudeza y carencia. Tenemos bastante aristocracia en casa y aquí<br />
descubro sus orígenes». Impactado por su experiencia inglesa, Mann prácticamente deseó que las escuelas<br />
prusianas le proporcionaran respuestas, dice su biógrafo Jonathan Messerli.<br />
Mann llegó a Prusia cuando sus escuelas estaban cerradas por vacaciones. Pasó por aulas vacías, habló con<br />
autoridades, entrevistó a maestros de vacaciones y leyó montones de polvorientos informes oficiales. ¡Sin<br />
embargo de esta no-experiencia aseguró salir con un fuerte sentimiento de la competencia profesional de los<br />
maestros prusianos! ¡Todos «admirablemente cualificados y llenos de animación!». Su mujer Mary, de la<br />
conocida familia Peabody, escribió a casa: «No hemos visto un maestro con un libro en su mano en toda<br />
Prusia: ¡no, ni uno solo!» (cursiva añadida). Esto no era sorprendente, porque apenas vieron profesores.<br />
Igualmente impresionante, escribió Mann, era la maravillosa obediencia de los niños: esos Kinder alemanes<br />
tenían «respeto innato por los cursos superiores». ¿El cuerpo de maestros alemán?: «La mejor colección de<br />
hombres que he visto nunca: llenos de inteligencia, dignidad, benevolencia, amabilidad y porte...». Nunca,<br />
dice Mann, fue testigo de «un ejemplo de aspereza o severidad. Todo es amable, estimulante, animado,<br />
comprensivo». A partir de imaginar esta visión milagrosa de la Prusia que precisamente quería ver, Mann<br />
hizo una petición especial para cambiar la enseñanza de la lectura. Criticó la práctica normal norteamericana<br />
de comenzar con el alfabeto y pasar a las sílabas, e instó a sus lectores a considerar el mérito superior de<br />
enseñar palabras completas desde el principio. «Estoy convencido --dijo--, de que nuestro mayor error al<br />
enseñar radica en comenzar con el alfabeto».<br />
El fondo <strong>del</strong> más famoso Informe al Comité Escolar de Boston de Mann, el legendario Séptimo, insiste en un<br />
tema familiar en los asuntos norteamericanos. Parece que ¡incluso entonces nos estábamos quedando atrás!<br />
Esta vez, por detrás de los prusianos en educación. Para ponernos a su nivel, era imprescindible crear un<br />
cuerpo profesional de profesores y un currículum sistemático, igual que habían hecho los prusianos. Mann<br />
imploró fervientemente a la junta que aceptara su prescripción... ¡mientras aún hubiera tiempo! La nota de<br />
histeria es un redoble de tambor que resuena a lo largo de toda la carrera de Mann: junto con la difamación a<br />
sus oponentes, constituye buena parte de la firma espiritual de Mann.<br />
Aquel otoño, la Asociación de Maestros de las Escuelas Públicas de Boston publicó su refutación <strong>del</strong><br />
Informe de 150 páginas de Mann. Atacaba la propuesta de escuelas de formación de maestros como vehículo<br />
de propaganda para «teorías de invernadero de Mann, en que los diseñadores han ignorado la experiencia y<br />
la observación». Infravaloraba su defensa de la frenología y acusaba a Mann de intentar excitar los<br />
prejuicios de los ignorantes. Su segundo ataque fue contra las presentaciones centradas en el maestro y sin<br />
libro de las aulas prusianas, insistiendo que el resultado psicológico de estas era romper el potencial <strong>del</strong><br />
alumno «para formar el hábito de esfuerzo independiente e individual». El tercer ataque fue contra el<br />
«método de palabras» al enseñar a leer, y en defensa <strong>del</strong> tradicional método alfabético. Finalmente, atacaba<br />
la creencia de Mann de que el interés fuera mejor motivador para el aprendizaje que la disciplina: «El deber<br />
tendría que llegar primero y el placer debería resultar de su cumplimiento». Así se planteó un profundo<br />
conflicto entre el viejo mundo de los puritanos y la nueva estrategia psicológica de los alemanes.<br />
7 El Reichsbank germano-norteamericano<br />
Sesenta años después, en medio de un intento bien coordinado por parte de industriales y financieros para<br />
transferir el poder sobre dinero y tasas de interés de unos representantes de electos <strong>del</strong> pueblo<br />
norteamericano a una Reserva Federal de intereses bancarios privados centralizados, George Reynolds,