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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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La gente ordinaria tiene un desagradable hábito de sabotear consciente e inconscientemente las utopías de<br />

management, destrozando silenciosamente en todo o en parte los deseos de los directivos. Para frustrar estas<br />

tendencias, la costosa vigilancia es el santo y seña de los grandes <strong>sistema</strong>s, y el aspecto de seguridad de la<br />

utopía directiva tenía que ser pagado. ¿De dónde vino este dinero originalmente? La respuesta era de un<br />

excedente proporcionado por el carbón, vapor, acero, productos químicos y la conquista. Era más que<br />

suficiente para pagar un experimento escolar en masa. La sociedad no evolucionó lentamente para dar paso a<br />

una economía basada en el carbón. Fue rehecha de nuevo por la fuerza a paso ligero, como los prusianos que<br />

marchaban a luchar contra Napoleón en Waterloo. Un modo de vida completamente exitoso fue desalojado a<br />

la fuerza.<br />

Antes de que algo pudiera ser moderno, el pasado condenable tenía que ser extirpado con su cultura de<br />

pueblo, familias unidas, población pía y modos de vida independientes. Sólo una religión estatal tenía el<br />

poder para hacer esto --Inglaterra y Alemania eran evidencia de eso-- pero a Norteamérica le faltaba una. Un<br />

<strong>sistema</strong> militar también tenía poder para hacerlo. Francia, bajo el Directorio y Napoleón, era el ejemplo más<br />

reciente de lo que podía conseguir la fuerza física para reconstruir el orden social, pero el poder militar<br />

estaba aún demasiado disperso y era poco fiable en los Estados Unidos para emplearlo consistentemente<br />

contra los ciudadanos.<br />

Sin embargo, cuando la religión protestante establecida se dividió y se separó, Norteamérica entró en<br />

posesión de algo que podría servir en su lugar: un caleidoscopio de cultos utópicos y una tradición de<br />

predicación utópica, una completa paleta de expertos y profesores itinerantes, escuelas dominicales, liceos,<br />

púlpitos y Chautauquas. Era el momento y lugar propicio en que apuntar a un manejo de gran alcance de la<br />

opinión pública mediante el vehículo de la escolarización utópica que Platón había descrito y que la Prusia<br />

moderna estaba usando de hecho.<br />

No hace falta mucha perspicacia o inteligencia para ver que la salud de una economía centralizada<br />

construida sobre densas concentraciones de poder económico y una estrecha alianza de la empresa con el<br />

gobierno no puede tolerar ningún grado considerable de escolarización intelectual. Esto no es una hipótesis<br />

vana. La reciente Revolución Francesa fue ampliamente vista como el trabajo de una horda de intelectuales<br />

subempleados, e igualmente el levantamiento norteamericano. A medida que transcurría el siglo XIX, las<br />

revoluciones húngara e italiana fueron ambas financiadas desde los Estados Unidos mediante el uso de<br />

células de intelectuales marginados, hijos terceros y otros descontentos, como quinta columna de voluntarios<br />

antes de la vuelta a casa <strong>del</strong> momento revolucionario. Ahí había amplio precedente para temer a la gente<br />

culta: se reconoció que el precedente histórico identificaba la escolarización reflexiva como una bendición<br />

peligrosa.<br />

5 El método positivo<br />

La mayor parte <strong>del</strong> cambio antiintelectual en la escolarización de la juventud fue determinada por las<br />

actitudes y necesidades de destacados hombres de negocios. La primera prueba que leer concienzudamente<br />

es la Circular de Información de la Oficina de Educación de los Estados Unidos de abril de 1872, que se<br />

centra en lo que llama el «problema de la escolarización educativa». ¿Con qué intereses en mente vio la<br />

oficina a la educación como un problema? La asombrosa respuesta es: desde una perspectiva de gran<br />

empresa. Hacia 1872, este aún débil brazo <strong>del</strong> gobierno federal es visto lleno de preocupación por los<br />

grandes patrones industriales en una época en que aquellos eran todavía una fracción modesta de la<br />

economía total.<br />

De acuerdo a esta Circular de información, «inculcar conocimiento» enseña a los trabajadores a ser capaces<br />

de «percibir y calcular sus agravios», haciéndolos así «más temibles enemigos» en las luchas laborales. En<br />

verdad, esto fue una razón importante para el propio apoyo indeciso de Thomas Jefferson a un <strong>sistema</strong> de<br />

escolarización universal, pero algo se había perdido entre Monticello y la capital federal. «Dejar que pase tal<br />

cosa está ligado al retraso <strong>del</strong> crecimiento de la industria», continúa la Circular. No hay nada ambiguo en<br />

absoluto en esa afirmación, y el autor tiene razón, por supuesto.

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