John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
la nación obedeció a este toque de rebato de costa a costa: «Tened a toda la juventud en la escuela a tiempo<br />
completo hasta el duodécimo curso». Toda la juventud, incluyendo los menos dispuestos a estar allí y los<br />
seguros de tomar venganza en sus carceleros.<br />
El presidente Conant fue rápido en reconocer que los chicos «con mente práctica» pagaban un pesado precio<br />
por el confinamiento obligatorio. Pero ahí estaba: no se podía hacer nada. Era un intercambio digno.<br />
Sospecho que estaba siendo poco honrado. Cualquier mente lo bastante sofisticada para calcular un modo de<br />
cortocircuitar la energía empresarial, y lo suficientemente impulsada por la ideología para estar dispuesta a<br />
hacer eso al servicio de una toma <strong>del</strong> poder corporativa de la economía, también tiene que ser lo bastante<br />
astuta para prever los destructivos efectos colaterales de tener a una enojada y dura banda de alumnoscautivos<br />
quedándose en la escuela con los dóciles. El efecto neto era casi erradicar las posibilidades<br />
intelectuales de la instrucción escolar.<br />
¿Comprendió Conant la catástrofe que ayudó a provocar? Creo que sí. Discutiría mi opinión, naturalmente,<br />
de que fuera una catástrofe. Uno de sus íntimos amigos era otro hombre de escuela bien situado, Ellwood<br />
P. Cubberley, el decano de Educación de Stanford. El mismo Cubberley había escrito sobre el golpe al<br />
trabajo serio en clase causado por los primeros experimentos de obligar a la asistencia universal a la escuela.<br />
Por tanto no fue como si la destrucción de la integridad académica pillara de sorpresa a los que tenían<br />
información privilegiada. La historia casera de la educación norteamericana de Cubberley se refiere<br />
directamente a este episodio, aunque en prosa algo oscura. Publicada primero en 1919, se reimprimió en<br />
1934, el mismo año que Conant asumió su puesto en Harvard. Los dos hombres hablaron y se escribieron<br />
mutuamente. Los dos estaban al tanto de todo. Sin embargo, a pesar de toda su franqueza, no es difícil<br />
entender la reticencia de Conant a discutir este procedimiento. Una cosa es declarar que los niños tienen que<br />
hacer un servicio no voluntario al Estado, y otra bastante distinta describir el por qué y el cómo <strong>del</strong> asunto<br />
con detalles explícitos.<br />
Otro destacado profesor de Harvard, Robert Ulich, escribió su propio libro, Philosophy of Education (1961):<br />
«[Estamos produciendo] cada vez más gente que estará insatisfecha porque el tiempo prolongado<br />
artificialmente de la escolarización formal despertará en ella esperanzas que la sociedad no puede satisfacer<br />
[...] Estos hombres y mujeres formarán la vanguardia de los contrariados. No es exagerado decir que [gente<br />
como esa] fue responsable de la Segunda Guerra Mundial». Aunque Ulich está aquí repitiendo como un loro<br />
lo que dijo Toynbee, cuyo Estudio de la historia fue una referencia modélica de historia especulativa<br />
durante décadas, la idea de que la escolarización intelectual seria, de naturaleza universal, sería una espada<br />
que apuntaría contra el orden establecido, ha sido una idea común en Occidente como mínimo desde los<br />
Tudor, y abiertamente discutida desde 1890 en a<strong>del</strong>ante.<br />
Así estuve menos sorprendido de lo que podría haberlo estado al abrir Unemployment in the Learned<br />
Professions (1937) de Walter Kotschnig, que compré por cincuenta centavos en una manta en la calle,<br />
<strong>del</strong>ante de la Universidad de Columbia, a un licenciado universitario maltratado por la fortuna, para<br />
encontrarme prestando atención a un argumento que atribuía la ascensión <strong>del</strong> nazismo directamente a la<br />
expansión de la inscripción en la universidad alemana tras la Primera Guerra Mundial. Para Alemania, esto<br />
habría sido una solución a corto plazo al desempleo de la posguerra, como el GI Bill, pero de acuerdo con<br />
Kotschnig, esta política creó una multitud de gente bien educada y resentida porque no había empleo: una<br />
situación que condujo rápidamente cuesta abajo a la república de Weimar.<br />
Surge un modo completamente nuevo de ver la escolarización desde este punto de vista de management, un<br />
punto de vista de lo más alejado <strong>del</strong> cinismo. Por supuesto que hay consecuencias para nuestra situación<br />
contemporánea. Gran parte de nuestro propio 50 a 60 por ciento de inscripción universitaria postsecundaria<br />
debería ser visto como una solución temporal a la de otro modo increíble realidad de que las dos terceras<br />
partes de todo el empleo en los Estados Unidos es ahora empleo a tiempo parcial o a corto plazo. En un<br />
marco laboral corporativo altamente centralizado que cada vez lo es más sin ningún final a la vista, todos los<br />
empleos son sorbidos, como escombros en un tornado, en cuatro embudos jerárquicos de vastas<br />
proporciones: empresarial, gubernamental, institucional y profesional. Una vez que el trabajo es incautado<br />
de esta manera monopolista, el temor a que haya demasiada gente inteligente es legítimo, eso es difícil de