John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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estamos escabulléndonos <strong>del</strong> servicio militar a gran escala [...] La gente también se escabulle al negarse a<br />
prestar atención a los periódicos o a lo que sucede en el mundo, y al aumentar el énfasis en el crecimiento<br />
<strong>del</strong> localismo, a lo que sucede en sus propios vecindarios [...] Cuando cayó Roma, la respuesta cristiana fue:<br />
«Cread vuestras propias comunidades».<br />
Volveremos a hacer eso. Cuando queramos mejores familias, mejores vecinos, mejores amigos y mejores<br />
escuelas volveremos la espalda a nuestros <strong>sistema</strong>s nacionales y globales, a expertos con experiencia y a<br />
especialidades especializadas y comenzaremos a hacer nuestras propias escuelas una a una, lejos <strong>del</strong> alcance<br />
de los <strong>sistema</strong>s.<br />
¿Sabía que Lear, el de LearJet, no acabó la escuela? ¿Y tampoco Pierre Cardin, Liz Claiborne, el fundador<br />
de McDonald's, el fundador de Wendy's, Ben Franklin y uno de cada quince millonarios norteamericanos?<br />
6 La curva de campana<br />
Aún tenemos que enfrentarnos a la barrera de propaganda levantada por la psicología estadística, quiero<br />
decir el timo que demuestra matemáticamente que la mayoría de la gente no tiene la capacidad para<br />
conseguirlo. Este es el cohete que conduce a la Escuela a velocidad precipitada a través de la tierra baldía,<br />
que atraviesa como una UVI móvil para el detritus evolutivo. ¿Pudiera ser que todos los científicos<br />
pedagógicos se hayan equivocado? ¿Son las personas ordinarias mejores de lo que piensan?<br />
Encontré un indicio revelador en el best seller de Charles Murray, The Bell Curve, en el punto en que<br />
Murray hace una pausa para denunciar educadamente la fantástica afirmación de la profesora negra Marva<br />
Collins de que los niños de gueto negros tenían entusiasmo real por el trabajo intelectual difícil. Lo curioso<br />
es que esa fue exactamente mi experiencia como profesor blanco con chicos de trece años de Harlem. Tenía<br />
curiosidad sobre por qué el doctor Murray o el doctor Herrnstein, o ambos, se volvieron así de expertos, ya<br />
que aparte de eso Marva Collins no figura en el libro. Tan seguros estaban los autores de que Collins no<br />
podía estar diciendo la verdad, que desestimaron sus datos aunque admitiendo que no habían examinado la<br />
situación directamente. Eso es desprecio de muy alto nivel, no importa lo decorosamente expresado que esté.<br />
La anomalía me sorprendió justo cuando estaba en el idílico entorno de una playa en la costa norte de Oahu,<br />
vigilado por las tortugas marinas, adonde había ido para hacer investigación para este libro en la colonia<br />
corporativa más remota de los Estados Unidos, Hawai. La teoría de la curva de campana ha estado por ahí<br />
desde el tiempo de Matusalén bajo nombres diferentes, tantos como lo han estado las teorías de inteligencia<br />
múltiple. ¿Por qué molestarse porque una mujer de color disintiera desde su experiencia? Finalmente se<br />
encendió la luz: la teoría de la placa durmiente y de la curva de campana pierde su credibilidad si Marva<br />
Collins está diciendo la verdad. Billones de dólares y todo el orden social están en juego. Marva Collins<br />
tiene que estar mintiendo.<br />
¿Está diciendo la verdad Marva Collins? Treinta años de enseñanza en la escuela pública me dicen en voz<br />
baja que sí.<br />
7 George Meegan<br />
George Meegan tenía veinticinco años, no había terminado la escuela primaria y era un marinero mercante<br />
británico cuando decidió emprender la caminata más larga de la historia humana, sin equipo especial, ni<br />
dinero de fundaciones, ni patrocinio de ninguna clase. Tras dejar su barco en Sudamérica, se abrió camino<br />
hacia la Tierra <strong>del</strong> Fuego solo y simplemente comenzó a caminar. Siete años después, tras cruzar los Andes,<br />
abrirse paso por el tapón <strong>del</strong> Darién, carente de senderos, y después de tomar un largo desvío a pie para<br />
ver Washington, D. C., llegó al Océano Ártico con una esposa, a la que conoció y con la que se casó por el<br />
camino, y con sus dos hijos. En ese instante, parte de la gran teoría académica de las migraciones humanas<br />
recibió su golpe mortal a manos de alguien que no había terminado la escuela. Su libro fue publicado en<br />
1982.