Estrategias didácticas. Textos expositivos - Escuela Normal Superior
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HABLAR Y ESCUCHAR__________________________________________________<br />
no hablan en público mantendrán esa<br />
actitud en el futuro.<br />
El aprendizaje de la expresión oral no tiene<br />
por que se una asunto de lideres, al igual<br />
que la enseñanza del dibujo o de la música<br />
no se reserva para los alumnos<br />
especialmente dotados para el arte. Por el<br />
contrario, el cumplimiento de los objetivos<br />
encomendados a la Educación Secundaria<br />
obliga a que todos los alumnos desarrollen<br />
esta capacidad; y es, en todo caso, función<br />
del profesor plantear distintas exigencias<br />
en ,virtud de la diversidad de puntos de<br />
partida (grado de seguridad personal,<br />
papel en la clase...).<br />
La participación activa que este<br />
aprendizaje requiere solo es posible en el<br />
contexto de clases no dominadas por la voz<br />
del profesor, sino abiertas a los estudiantes<br />
y a cuantas voces puedan ser convocadas<br />
con el auxilio de los medios técnicos.<br />
Esto no significa que el discurso del<br />
docente deba ser abolido. Cuando éste<br />
explica una cuestión, o cuando da<br />
instrucciones para el trabajo, su mensaje,<br />
además, puede y debe funcionar como<br />
modelo. Esto es, frente a la opción que<br />
consiste en adecuar el mensaje a los<br />
alumnos, renunciando en gran medida a la<br />
precisión o a comunicar toda la<br />
complejidad de un asunto, optamos por<br />
profesores que utilizan un lenguaje<br />
elaborado, adecuado a los contenidos que<br />
deben transmitir, y que se plantean como<br />
objetivo de su asignatura el desarrollo de<br />
la comprensión y expresión de sus<br />
alumnos, en lugar de lamentarse y suspenderles<br />
porque son incompetentes.<br />
232<br />
Al mismo tiempo, es necesario que el<br />
profesor reconozca la validez comunicativa<br />
del registro espontáneo que tienden a usar<br />
los alumnos; el objetivo no será nunca que<br />
abandonen ese uso rico en expresividad y<br />
autentico reflejo de la historia personal del<br />
individuo, sino que le asignen el lugar<br />
amplio que le corresponde, al tiempo que<br />
aprenden usos elaborados para cubrir las<br />
necesidades que se derivan de la<br />
transformación que esta sufriendo su<br />
relación con el mundo (por el estudio, la<br />
pertenencia a nuevos grupos sociales,<br />
etc.).<br />
La importancia que la evaluación adquiere<br />
en este proceso nos obliga a tener en<br />
cuenta el grado de implicación personal<br />
que provoca cualquier observación sobre el<br />
uso oral de la lengua.<br />
Cuando el alumno llega a la enseñanza<br />
secundaria esta inmerso ya en una<br />
tradición escolar en la que se considera<br />
natural que el profesor le devuelva un<br />
trabajo lleno de tachaduras y apuntes en<br />
bolígrafo rojo. Pero es más difícil corregirlo<br />
oral sin herir sensibilidades. Por eso es<br />
importante:<br />
-intervenir con delicadeza cuando sea<br />
preciso corregir vulgarismos, (el alumno<br />
los usa porque así hablan sus padres, y<br />
una actitud errónea por nuestra parte<br />
puede percibirse como descalificación de<br />
unos hablantes, y el profesor de lengua no<br />
puede contribuir, en aras de necesidad<br />
cultural alguna, a este tipo de<br />
marginaciones)<br />
-no interrumpir continuamente al alumno<br />
cuando habla, esperar a que concluya para