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Estrategias didácticas. Textos expositivos - Escuela Normal Superior

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DIDACTICA DE LA ESCRITURA EN AL ESCUELA PRIMARIA Y SECUNDARIA_________<br />

Nuestra primera tarea en una entrevista,<br />

entonces, es ser personas, y no solamente<br />

maestros. Es disfrutar, estar atentos y dar<br />

respuestas. Lloramos, reímos, sacudimos<br />

la cabeza y suspiramos. Hacemos saber al<br />

escritor que ha sido escuchado. Le decimos<br />

al chico que nos apena lo de su abuelo. A<br />

veces con eso basta. Hay ocasiones en que<br />

la finalidad de una entrevista es<br />

simplemente expresar nuestras reacciones.<br />

Otras veces, si el momento parece<br />

adecuado, tratamos en esa instancia de<br />

ampliar las potencialidades del niño como<br />

escritor.<br />

Como yo creo que la escritura es un<br />

proceso de interacción con el propio texto<br />

que se está componiendo, es importante<br />

hacer a los estudiantes preguntas que los<br />

ayuden a interactuar con su obra. Yo trato<br />

de actuar como un frontón, mandando la<br />

pelota de vuelta al campo del alumno. Lo<br />

incito a la "re-visión", a prestar atención a<br />

lo que ha dicho, para ver qué puede<br />

descubrir. Después de leer un borrador,<br />

puedo decir: "Veamos ¿qué es lo qué has<br />

dicho hasta ahora?". Luego el alumno y yo<br />

revisaremos el texto, tomando como eje<br />

las zonas más significativas. Al hacer esto,<br />

no solo veo lo que se ha dicho sino que<br />

también ayudo al alumno a re-ver. Esta<br />

debe ser una parte inherente del proceso<br />

de escritura: los alumnos deben moverse<br />

entre el rol del escritor y del crítico.<br />

Por supuesto, ésa no es la única pregunta<br />

a plantear ni la única lente que puede<br />

ayudar a los escritores a aprender de su<br />

escritura. También podemos hacer que<br />

sean los alumnos los que se hagan las<br />

preguntas a sí mismos:<br />

¿Cómo me siento con este texto hasta<br />

ahora? ¿Qué hay aquí de bueno para que<br />

yo lo desarrolle? ¿Hay algo que me disguste,<br />

que parezca inadecuado o erróneo?<br />

¿Que estoy descubriendo mientras escribo<br />

esto? ¿Qué me ha sorprendido? ¿A dónde<br />

me lleva esto?<br />

¿Qué es lo más importante que estoy<br />

tratando de transmitir? ¿Cómo puedo<br />

elaborar más esta idea? Hay lugares donde<br />

me voy de mi significado central?<br />

¿Cómo leerá esto mi lector? ¿ Qué pensara<br />

el (o ella) cuando lo lea? ¿Qué preguntas<br />

hará? ¿Cuál será su respuesta a las<br />

distintas secciones del texto? ¿y al todo?<br />

¿Qué debo hacer ahora? ¿sería conveniente<br />

intentar con un nuevo borrador? ¿hablar<br />

con alguien? ¿Descartarlo? ¿Releerlo varias<br />

veces? a Probar con otro género? ¿Seguir<br />

escribiendo? ¿O qué?<br />

Es fácil confeccionar una lista de preguntas<br />

para un libro, pero otra cosa es hacer esas<br />

interrogaciones en una clase real. Las<br />

preguntas dan protagonismo al escritor, y<br />

sucedo con demasiada, frecuencia que<br />

nosotros, los docentes, no estamos muy<br />

dispuestos a dejar de controlar las<br />

situaciones. Miramos el borrador del<br />

alumno y nos apuramos, a hacernos cargo<br />

de el y ponerlo a tono con nuestras<br />

expectativas. Yo, por mi parte, reconozco<br />

que cuando miro un borrador ajeno me<br />

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