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Estrategias didácticas. Textos expositivos - Escuela Normal Superior

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ORACIONES COMBINADAS: TEXTO Y DISCURSO_____________________________<br />

corrientes y no incomodan a nadie que<br />

comparta esta valoración. Las<br />

interrupciones de esta clase facilitan<br />

incluso la conversación entre hablantes que<br />

mantienen opiniones parecidas. Tannen<br />

(1984) lo califica de estilo de “alta<br />

implicación”.<br />

Por el contrario, otras personas valoran lo<br />

que Tannen (1984) denomina estilo de<br />

calta “consideración”, donde solamente un<br />

hablante tiene la palabra en cada<br />

momento, y las interrupciones se<br />

contemplan como intentos coercitivos para<br />

que el hablante pierda las riendas de la<br />

conversación. Se considera prioritario no<br />

imponerse a otros participantes, en lugar<br />

de manifestar una calurosa adhesión a lo<br />

que otros estan diciendo. Como podría<br />

esperarse, los choques entre hablantes de<br />

dos inclinaciones tan diferentes son fuente<br />

habitual de comunicaciones fallidas.<br />

Generolecto. Robin Lakoff (1975) señaló<br />

que las mujeres emplean más veces las tag<br />

questions (cláusulas interrogativas al final<br />

de una afirmación) (“Qué buen tiempo<br />

hace, ¿verdad?”)que los hombres,<br />

observación que ha recibido abundante -<br />

aunque no absoluto- apoyo. Las mujeres<br />

son también más corteses, debido a diversas<br />

presiones socializadoras del tipo<br />

de:”No digas palabrotas como los<br />

chicos”.Las mujeres tienden a usar un<br />

mayor número de adjetivos y más variados<br />

para el color que los hombres (por<br />

ejemplo: “este sofá tiene un tono salmón<br />

precioso”) y a usar más intensificadores<br />

(por ejemplo: “Fue una experiencia<br />

verdaderamente lamentable»). Por último,<br />

Lakoff puso de manifesto que el lenguaje<br />

que las personas utilizan para describir a<br />

una mujer difiere del que usan para<br />

describir a un hombre. Por ejemplo, si<br />

alguien dice: “Charla como un loro”,<br />

podemos suponer que el sujeto es una<br />

mujer porque tambien suponemos que a<br />

los hombres en tal situación se les tilda<br />

más bien de habladores.<br />

Tannen (1990) resumió la investigación<br />

sobre los diferentes puntos en los que falla<br />

de modo sistemático la comunicación entre<br />

hombres y mujeres, esfuerzo que llevó<br />

aparejado el que su libro permaneciera<br />

durante mucho tiempo en la lista de libros<br />

más vendidos. Aunque hombres y mujeres<br />

hablantes comparten aparentemente el<br />

vocabulario, las formas sintácticas y los<br />

conocimientos generales de las reglas del<br />

discurso que hasta ahora se han visto en<br />

este capítulo, el éxito del libro de Tannen<br />

es una buena indicación de cómo ambos<br />

sexos se acercan al discurso con<br />

expectativas ampliamente diferentes. Por<br />

ejemplo, las mujeres con frecuencia quieren<br />

abordar lo que Tannen llama “charlas<br />

de problemas”, pero los hombres interpretan<br />

sus comentarios como una petición<br />

de sugerencias para solucionar un problema.<br />

Tannen (1990) cuenta la historia de<br />

una mujer a la que le extirparon un bulto<br />

de un pecho. Después, le explicó a su<br />

hermana que el hecho de haber sufrido<br />

esta operación le hacía sentirse muy mal y<br />

que se alteraba mucho cada vez que<br />

miraba la costura que le afeaba el contorno<br />

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