Estrategias didácticas. Textos expositivos - Escuela Normal Superior
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ORACIONES COMBINADAS: TEXTO Y DISCURSO_____________________________<br />
gracia porque era mi cumpleaños y todo, y<br />
me persiguió por todas partes. Mamá no<br />
paraba de llamarme y llamarme para que<br />
volviera. Porque ya me había ido bastante<br />
lejos. Ya estaba a medio camino de la casa<br />
de mi amiga. Y empezó a perseguirme,<br />
cada vez más rápido. Yo iba con los pies<br />
descalzos. Bajé corriendo por la carretera<br />
y, ¿sabes cuáles son, las de piedras con<br />
alquitran? Y yo fui, resulta que me tuve<br />
que quedar por aquí, porque me<br />
empezaron a hacer daño, así que me salí<br />
de la hierba hacia la valla y casi me caigo<br />
del calambre y es eléctrico, te da un<br />
calambre fortísimo. Y casi me caigo encima,<br />
me faltó así de poco. Me volví. Y al<br />
final estaba llegando a casa y casi atropello<br />
a mi hermano, que era todavía muy pequeño.<br />
Porque estaba hacienda pompas de<br />
jabón y luego las explotaba. Y estaba justo<br />
al lado de la avispa y la avispa salió y él se<br />
puso a espantarla, así, y no sabía que yo<br />
estaba ahí. Yo me puse a correr hacia la<br />
puerta y ella empezó a perseguirme.<br />
¡FANTASMAS!<br />
Lea este cuento tradicional de los indios<br />
estadounidenses que Bartlett (1932, p. 65)<br />
presentó a lo sujetos de su experimento:<br />
La guerra de los espíritus<br />
Una noche, dos jóvenes de Egulac bajaron<br />
hasta el río a cazar focas y mientras<br />
estaban allí cayó una niebla espesa y<br />
silenciosa. Entonces empezaron a oír gritos<br />
de guerra y pensaron: “Puede que sea una<br />
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expedición de guerra”.Escaparon a la orilla<br />
y se escondieron detrás de un tronco. En<br />
ese momento, aparecieron unas canoas y<br />
oyeron el rumor de los remos y vieron que<br />
una de las canoas avanzaba hacia ellos.<br />
Dentro de la canoa había cinco hombres, y<br />
les dijeron:<br />
“¿Qué os parece? Deseamos que vengaís<br />
con nosotros. Vamos a ir río arriba a guerrear.”<br />
Uno de los jóvenes dijo: “Yo no tengo<br />
flechas”.<br />
“Hay flechas en la canoa”, respondieron.<br />
“Yo no ire con vosotros. Podrían matarme.<br />
Mi familia no sabe adónde he ido. Pero tú”<br />
-dijo, volviéndose hacia el otro-, “puedes ir<br />
con ellos.”<br />
De modo que uno de los jóvenes se fue y<br />
el otro volvió a su casa.<br />
Los guerreros remontaron el río hasta una<br />
ciudad al otro lado del Kalama. El pueblo<br />
bajó hasta el agua y comenzaron a luchar<br />
y muchos murieron. Pero luego, el joven<br />
oyó que uno de los guerreros decía:<br />
“Rápido, volvamos a casa: han herido al<br />
indio”. Entonces pensó: “Oh, son<br />
espíritus”. No se encontraba mal pero le<br />
dijeron que le había alcanzado una flecha.<br />
De modo que las canoas volvieron a Egulac<br />
y el joven desembarcó y fue a su casa, e<br />
hizo una hoguera. Y se lo conto a todos y<br />
dijo: “Mirad, acompañe a los espíritus y<br />
fuimos a guerrear. Mataron a muchos de<br />
los nuestros y muchos de los que nos<br />
atacaron murieron. Dijeron que me habían<br />
herido pero yo no me encontraba mal”.<br />
Todo esto relató y después guardó silencio.<br />
Cuando salió el ser, cayó al suelo. Algo