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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

en particular. En buena parte de la cultura occidental el carácter original de la<br />

naturaleza de la Muerte se ha envuelto en distintos dogmas y doctrinas hasta separarlo<br />

de su otra mitad <strong>que</strong> es la Vida. Nos han enseñado equivocadamente a<br />

aceptar una forma rota de uno de <strong>los</strong> más básicos y profundos aspectos de la naturaleza<br />

salvaje. Nos han enseñado <strong>que</strong> la muerte siempre va seguida de más<br />

muerte. Pero no es así, la muerte siempre está incubando nueva vida aun<strong>que</strong><br />

nuestra existencia haya <strong>que</strong>dado reducida a <strong>los</strong> huesos.<br />

En lugar de ser <strong>con</strong>siderados <strong>con</strong>trarios, <strong>los</strong> ar<strong>que</strong>tipos de la Muerte y la<br />

Vida tienen <strong>que</strong> ser vistos como un <strong>con</strong>junto, como la izquierda y la derecha de<br />

una sola idea. Es cierto <strong>que</strong> dentro de una sola relación amorosa hay muchos finales.<br />

Pero, en algún lugar de <strong>los</strong> delicados estratos del ser <strong>que</strong> se crea cuando<br />

dos personas se aman, hay un corazón y un aliento. Cuando se vacía un lado del<br />

corazón, se llena el otro. Cuando se agota un aliento, empieza otro.<br />

Si creemos <strong>que</strong> la fuerza de la Vida/Muerte/Vida no tiene ningún espacio<br />

más allá de la muerte, no es de extrañar <strong>que</strong> algunas personas teman <strong>con</strong>certar<br />

compromisos. Les aterra la simple posibilidad de soportar un final. No pueden<br />

soportar la idea de pasar de la galería a las habitaciones interiores. Tienen miedo,<br />

pues intuyen <strong>que</strong> en el cuarto del desayuno de la casa del amor está sentada la<br />

Dama de la Muerte, golpeando el suelo <strong>con</strong> el pie, doblando y volviendo a doblar<br />

<strong>los</strong> guantes. Tiene delante una lista de trabajo, a un lado lo <strong>que</strong> está vivo y al otro<br />

lo <strong>que</strong> se está muriendo. Y está firmemente decidida a realizar su tarea. Está firmemente<br />

decidida a mantener el equilibrio.<br />

El ar<strong>que</strong>tipo de la fuerza de la Vida/Muerte/Vida ha sido muy mal interpretado<br />

en muchas culturas modernas. En algunas ya no se comprende <strong>que</strong> la Dama<br />

de la Muerte representa una pauta esencial de la creación. Gracias a sus<br />

amorosos cuidados la vida se renueva. En muchas tradiciones populares las figuras<br />

femeninas de la muerte son objeto de representaciones espectaculares: lleva<br />

una guadaña y "cosecha" a <strong>los</strong> <strong>que</strong> menos lo esperan, besa a sus víctimas y deja<br />

<strong>los</strong> cadáveres a su espalda o asfixia a la gente y después se pasa la noche lanzando<br />

gemidos de dolor.<br />

Pero en otras culturas como la de las Indias Orientales y la maya, <strong>que</strong> han<br />

<strong>con</strong>servado las enseñanzas acerca de la rueda de la vida y la muerte, la Dama de<br />

la Muerte envuelve a <strong>los</strong> moribundos, alivia su dolor y <strong>los</strong> <strong>con</strong>suela. En el curanderismo,<br />

dicen <strong>que</strong> da la vuelta al niño en el vientre y lo coloca boca abajo para<br />

<strong>que</strong> pueda nacer. Dicen <strong>que</strong> guía las manos de la comadrona, abre <strong>los</strong> caminos<br />

de la leche de la madre en <strong>los</strong> pechos y <strong>con</strong>suela a todos <strong>los</strong> <strong>que</strong> lloran so<strong>los</strong>. Lejos<br />

de despreciarla, <strong>los</strong> <strong>que</strong> la <strong>con</strong>ocen en su ciclo completo respetan su generosidad<br />

y sus lecciones.<br />

Desde un punto de vista ar<strong>que</strong>típico, la naturaleza de la Vida/Muer—<br />

te/Vida es un componente básico de la naturaleza instintiva. En el mito y el folclore<br />

se la llama la Dama de la Muerte; Coatlicue; Hel; Berchta; Ku’an Yin; Baba<br />

Yagá; la Dama de Blanco; la Belladona Misericordiosa; y, formando un grupo de<br />

mujeres, las griegas Graeae, las Damas Grises. Desde la Banshee, en su carruaje<br />

hecho de nubes nocturnas, hasta La Llorona de la orilla del río, desde el ángel<br />

oscuro <strong>que</strong> roza a <strong>los</strong> seres humanos <strong>con</strong> la punta de su ala hundiéndo<strong>los</strong> en un<br />

éxtasis hasta el fuego de <strong>los</strong> pantanos <strong>que</strong> aparece cuando la muerte es inminente,<br />

<strong>los</strong> cuentos están llenos de estos vestigios de las antiguas personificaciones de<br />

la diosa de la creación 2.<br />

Buena parte de nuestro <strong>con</strong>ocimiento de la naturaleza de la Vida/ Muerte/Vida<br />

está <strong>con</strong>taminada por nuestro temor a la muerte. De ahí <strong>que</strong> nuestra ca-<br />

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