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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

¿Qué es el ansia de hogar? Es el instinto de volver, de ir al lugar recordado.<br />

Es la capacidad de en<strong>con</strong>trar tanto de día como de noche el propio hogar. Todas<br />

sabemos cómo regresar a casa. Por mucho tiempo <strong>que</strong> haya transcurrido, sabemos<br />

en<strong>con</strong>trar el camino. Caminamos de noche cruzando tierras extrañas y tribus<br />

des<strong>con</strong>ocidas sin ningún mapa, preguntando a <strong>los</strong> viejos personajes <strong>que</strong> en<strong>con</strong>tramos<br />

por el camino: "¿ Por dónde se va?"<br />

La respuesta exacta a la pregunta "¿ Dónde está el hogar?" es más complicada,<br />

pero se trata en cierto modo de un lugar interior, de un lugar del tiempo<br />

más <strong>que</strong> del espacio, en el <strong>que</strong> una mujer se siente entera. El hogar está allí donde<br />

un pensamiento o un sentimiento se puede <strong>con</strong>servar sin <strong>que</strong> se interrumpa o<br />

nos sea arrebatado por<strong>que</strong> otra cosa exige nuestro tiempo y nuestra atención. A<br />

lo largo de <strong>los</strong> sig<strong>los</strong> las mujeres han en<strong>con</strong>trado miles de maneras de tenerlo y<br />

crearlo, aun<strong>que</strong> sus deberes y sus tareas fueran interminables.<br />

Lo aprendí por primera vez en la comunidad de mi infancia, donde muchas<br />

piadosas mujeres se levantaban antes de las cinco de la madrugada y <strong>con</strong> sus<br />

largos vestidos oscuros atravesaban el gris amanecer para arrodillarse en la fría<br />

nave de la iglesia, <strong>con</strong> la visión periférica cortada por las babushkas <strong>que</strong> se echaban<br />

sobre la cabeza. Allí hundían el rostro en las enrojecidas manos y rezaban, le<br />

<strong>con</strong>taban a Dios sus cosas y se llenaban de paz, de fortaleza y de perspicacia.<br />

mucha, veces mi tía Katerin me llevaba <strong>con</strong>sigo. Una vez le dije:<br />

—Qué tranquilo se está aquí y qué bonito es.<br />

Ella me guiñó el ojo y me hizo señas de <strong>que</strong> callara.<br />

—No se lo digas a nadie; es un secreto muy importante.<br />

Y así era en efecto, pues el camino hacia la iglesia al amanecer Y el oscuro<br />

interior del templo eran <strong>los</strong> dos lugares de a<strong>que</strong>lla época en <strong>que</strong> estaba prohibido<br />

molestar a una mujer.<br />

Es justo <strong>que</strong> las mujeres se esfuercen por salir, se liberen, tomen, hagan,<br />

<strong>con</strong>spiren y afirmen su derecho a regresar a casa. El hogar es un estado de ánimo<br />

<strong>con</strong>tinuado o una sensación <strong>que</strong> nos permite experimentar sentimientos no<br />

necesariamente manifestados en el mundo exterior asombro, visión, paz, liberación<br />

de las preocupaciones, de las exigencias, de <strong>los</strong> <strong>con</strong>stantes parloteos. Todos<br />

estos tesoros del hogar se tienen <strong>que</strong> almacenar en la psi<strong>que</strong> para su posterior<br />

utilización en el inundo de arriba.<br />

Aun<strong>que</strong> hay muchos lugares físicos a <strong>los</strong> <strong>que</strong> una puede ir para "sentir" su<br />

regreso a este hogar especial, el lugar físico propiamente dicho no es el hogar; es<br />

tan sólo el vehículo <strong>que</strong> mece al ego para <strong>que</strong> se duerma mientras recorremos el<br />

resto del camino solas. Los vehícu<strong>los</strong> <strong>que</strong> utilizan las mujeres para regresar a casa<br />

son muchos: la música, el arte, el bos<strong>que</strong>, la espuma del mar, el amanecer, la<br />

soledad. Todos el<strong>los</strong> nos <strong>con</strong>ducen al nutritivo mundo interior del hogar <strong>que</strong> posee<br />

sus propias ideas, su orden y su sustento.<br />

El hogar es la prístina vida instintiva <strong>que</strong> funciona tan suavemente como<br />

un eje <strong>que</strong> se desliza sobre su engrasado cojinete, donde todos <strong>los</strong> ruidos suenan<br />

bien, la luz es agradable y <strong>los</strong> olores nos tranquilizan en lugar de alarmarnos. La<br />

manera en <strong>que</strong> una pase el tiempo a la vuelta no tiene importancia. Lo esencial<br />

es cualquier cosa <strong>que</strong> revitalice el equilibrio. Eso es el hogar.<br />

Allí no sólo hay tiempo para meditar sino también para aprender y descubrir<br />

lo olvidado, lo abandonado y lo enterrado. Allí podemos imaginar el futuro y<br />

examinar también <strong>los</strong> mapas de las cicatrices de la psi<strong>que</strong>, averiguar sus causas<br />

y adónde iremos a <strong>con</strong>tinuación. Tal como escribe Adrienne Rich a propósito de la<br />

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