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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

3. En<strong>con</strong>tré por primera vez el término de "madre suficientemente buena" en la<br />

obras de Donald Winnicott. Es una elegante metáfora, una de estas frases <strong>que</strong> dicen muchas<br />

páginas <strong>con</strong> tres simples palabras.<br />

4. En la psicología junguiana se podría decir <strong>que</strong> la estructura de la madre en la<br />

psi<strong>que</strong> está <strong>con</strong>struida en capas: la ar<strong>que</strong>típica, la personal y la cultural. La suma de las<br />

tres <strong>con</strong>stituye su aptitud o ineptitud en la estructura internalizada de la madre. Tal como<br />

se ha señalado en la psicología del desarrollo, parece ser <strong>que</strong> la <strong>con</strong>strucción de una<br />

madre interior adecuada se produce en varias fases, cada una de las cuales se <strong>con</strong>struye<br />

tras haber dominado la anterior. Los ma<strong>los</strong> tratos infligidos a un niño pueden destruir o<br />

trastocar la imagen de la madre en la psi<strong>que</strong>, dando lugar a la división de las capas subsiguientes<br />

en polaridades <strong>que</strong> son antagónicas entre sí y no ya colaboradoras. Lo cual<br />

puede no sólo anular las fases anteriores del desarrollo sino también desestabilizar las<br />

siguientes, haciendo <strong>que</strong> éstas se <strong>con</strong>struyan de manera fragmentaria o idiosincrática.<br />

Se puede poner remedio a estos retrasos del desarrollo <strong>que</strong> desestabilizan la formación<br />

de la <strong>con</strong>fianza, la fuerza y la educación de la propia personalidad, por<strong>que</strong>, al<br />

parecer, esta matriz no está <strong>con</strong>struida como un muro de ladrillo (<strong>que</strong> se derrumbaría en<br />

caso de <strong>que</strong> se retiraran un número excesivo de ladril<strong>los</strong> de la parte inferior) sino <strong>que</strong><br />

más bien está tejida como una red. Por eso muchas mujeres (y muchos hombres) se las<br />

arreglan bastante bien aun<strong>que</strong> haya muchos agujeros o retrasos en <strong>los</strong> sistemas de educación<br />

y desarrollo de su personalidad. Tales personas tienden a inclinarse por <strong>los</strong> aspectos<br />

del complejo maternal, donde la red psíquica ha sufrido menos daños. La bús<strong>que</strong>da<br />

de un guía prudente <strong>que</strong> fomente el desarrollo puede <strong>con</strong>tribuir a remendar la red<br />

cualquiera <strong>que</strong> sea el número de años <strong>que</strong> una persona lleve viviendo <strong>con</strong> la lesión.<br />

5. Los cuentos de hadas utilizan <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong> de la "familia adoptiva", el "padrastro",<br />

la "madrastra" y <strong>los</strong> "hermanastros" tanto <strong>con</strong> carácter negativo como positivo. Debido<br />

al elevado índice de personas <strong>que</strong> <strong>con</strong>traen varias veces matrimonio en Estados<br />

Unidos, hay en este país una cierta sensibilidad a propósito del uso negativo de dichos<br />

símbo<strong>los</strong>, a pesar de la existencia de numerosos cuentos de hadas protagonizados por<br />

familias adoptivas positivas, en <strong>los</strong> <strong>que</strong> <strong>los</strong> temas más frecuentes son el del anciano matrimonio<br />

del bos<strong>que</strong> <strong>que</strong> encuentra a un niño abandonado o el del padrastro <strong>que</strong> recibe<br />

favorablemente a un niño lisiado y lo ayuda a recuperar la salud o a adquirir un poder<br />

extraordinario.<br />

6. Eso no significa <strong>que</strong> tengamos <strong>que</strong> abstenernos de ser amables en caso necesario<br />

o por libre elección. La clase de amabilidad a la <strong>que</strong> nos referimos aquí es la de tipo<br />

servil <strong>que</strong> linda <strong>con</strong> la adulación. Se trata de una amabilidad <strong>que</strong> nace del desesperado<br />

deseo de obtener algo y del hecho de sentirse impotente. Es algo similar a la situación del<br />

niño <strong>que</strong> teme a <strong>los</strong> perros y dice "perrito guapo, perrito guapo", en la esperanza de <strong>que</strong><br />

eso apacigüe al perro.<br />

Hay una clase de "amabilidad" todavía más perjudicial, en la <strong>que</strong> una mujer utiliza<br />

sus malas artes para <strong>con</strong>graciarse <strong>con</strong> <strong>los</strong> demás. Piensa <strong>que</strong> tiene <strong>que</strong> pellizcar placenteramente<br />

a <strong>los</strong> demás para <strong>con</strong>seguir a<strong>que</strong>llo <strong>que</strong> no cree poder obtener por otros medios.<br />

Es una forma perjudicial de ser amable, pues coloca a la mujer en la situación de<br />

sonreír e inclinarse para <strong>que</strong> <strong>los</strong> demás se sientan a gusto y sean amables <strong>con</strong> ella, la<br />

apoyen, la aprueben, le <strong>con</strong>cedan favores, no la traicionen, etc. La mujer accede a no ser<br />

ella misma. Pierde su forma y asume la fachada <strong>que</strong> <strong>los</strong> demás parecen apreciar. Aun<strong>que</strong><br />

semejante comportamiento pueda ser una poderosa táctica de camuflaje en una situación<br />

difícil sobre la <strong>que</strong> la mujer tiene escaso o nulo <strong>con</strong>trol, la mujer <strong>que</strong> voluntariamente<br />

encuentra motivos para colocarse casi siempre en dicha situación, se engaña a sí<br />

misma a propósito de algo <strong>que</strong> es muy serio y abandona su principal fuente de poder,<br />

<strong>que</strong> es el hecho de expresar sinceramente lo <strong>que</strong> piensa.<br />

7. Mana es una palabra melanesia <strong>que</strong> Jung extrajo de unos estudios antropológicos<br />

a finales del siglo XIX. Pensó <strong>que</strong> el mana representaba el carácter mágico <strong>que</strong> rodeaba<br />

o emanaba de ciertas personas, ciertos talismanes, ciertos elementos naturales<br />

como el mar y la montaña, <strong>los</strong> árboles, las plantas, las rocas, <strong>los</strong> lugares y <strong>los</strong> a<strong>con</strong>tecimientos.<br />

No obstante, la caracterización antropológica de la época no tenía en cuenta <strong>los</strong><br />

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