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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

po de personas <strong>que</strong> viven lo bastante cerca las unas de las otras como para poder<br />

influirse mutuamente) se siguen comportando como el demonio en todo lo relacionado<br />

<strong>con</strong> las tareas interiores, la vida personal y <strong>los</strong> procesos psíquicos de las<br />

mujeres. Eliminando esto, excluyendo lo otro, cortando una raíz de aquí y sellando<br />

una abertura de allí, el "demonio" de la cultura y el depredador de la psi<strong>que</strong><br />

hacen <strong>que</strong> varias generaciones de mujeres se sientan atemorizadas y, sin embargo,<br />

se atrevan a vagar sin rumbo y sin tener ni la más remota idea acerca de las<br />

causas de su desazón o acerca de su pérdida de la naturaleza salvaje <strong>que</strong> es la<br />

<strong>que</strong> se las podría revelar todas.<br />

Si bien es cierto <strong>que</strong> el depredador manifiesta una predilección especial por<br />

las presas <strong>que</strong> están hambrientas de alma y se sienten solas o desvalidas en lo<br />

más hondo de su ser, <strong>los</strong> cuentos de hadas nos muestran <strong>que</strong> el depredador<br />

también se siente atraído por la <strong>con</strong>ciencia, la regeneración, la liberación y la<br />

nueva libertad. En cuanto se entera de <strong>que</strong> hay algo de eso, se presenta de inmediato.<br />

Muchos argumentos de cuentos tienen por protagonista al depredador, no<br />

sólo <strong>los</strong> incluidos en este libro sino también <strong>los</strong> cuentos de hadas como "Cap of<br />

Rushes" y "All Fur" o <strong>los</strong> mitos relacionados <strong>con</strong> la griega Andrómeda y la azteca<br />

Malinche. Los trucos <strong>que</strong> en el<strong>los</strong> se utilizan son el menosprecio de <strong>los</strong> objetivos<br />

de la protagonista, el lenguaje despectivo utilizado en la descripción de la presa,<br />

<strong>los</strong> juicios temerarios, las prohibiciones y <strong>los</strong> castigos injustificados. Éstos son <strong>los</strong><br />

medios <strong>que</strong> utiliza el depredador para cambiar <strong>los</strong> vivificadores mensajes entre el<br />

alma y el espíritu por otros mensajes letales <strong>que</strong> nos parten el corazón, nos causan<br />

vergüenza y, por encima de todo, nos impiden emprender la acción adecuada.<br />

A nivel cultural podemos dar muchos ejemp<strong>los</strong> de cómo el depredador <strong>con</strong>figura<br />

las ideas y <strong>los</strong> sentimientos para robarles la luz a las mujeres. Uno de <strong>los</strong><br />

ejemp<strong>los</strong> más llamativos de la pérdida de la percepción natural es el de varias generaciones<br />

de mujeres (30) cuyas madres rompieron la tradición de enseñar, preparar<br />

e introducir a sus hijas en el hecho más fundamental y físico de la esencia<br />

femenina cual es el de la menstruación. En nuestra cultura pero también en muchas<br />

otras, el demonio cambió el mensaje de tal manera <strong>que</strong> la primera sangre y<br />

todos <strong>los</strong> sucesivos cic<strong>los</strong> de sangre se rodearon de humillación y no de admirado<br />

asombro tal como hubiera tenido <strong>que</strong> ser. Ello dio lugar a <strong>que</strong> millones de jóvenes<br />

perdieran su herencia del cuerpo prodigioso y, en su lugar, temieran morir, estar<br />

enfermas o ser castigadas por Dios. La cultura y <strong>los</strong> individuos de la cultura<br />

aceptaron el mensaje tergiversado del demonio sin examinarlo y lo transmitieron<br />

a bombo y platillo, <strong>con</strong>virtiendo el período del incremento de las sensaciones<br />

emocionales y sexuales de las mujeres en un período de vergüenza y castigo.<br />

Tal como vemos en el cuento, cuando el depredador invade una cultura, ya<br />

sea ésta la psi<strong>que</strong> o bien una sociedad, <strong>los</strong> distintos aspectos o individuos de esta<br />

cultura tienen <strong>que</strong> echar mano de toda su perspicacia para leer entre líneas y<br />

permanecer en su sitio sin dejarse arrastrar por las indignantes pero atrayentes<br />

afirmaciones del depredador.<br />

Cuando hay demasiado depredador y demasiado poca alma salvaje, las estructuras<br />

e<strong>con</strong>ómicas, sociales, emocionales y religiosas de la cultura empiezan a<br />

deformar gradualmente <strong>los</strong> recursos más espirituales tanto de la persona como<br />

del mundo exterior. Los cic<strong>los</strong> naturales se asfixian y se <strong>con</strong>vierten en formas artificiales,<br />

se desgarran <strong>con</strong> usos imprudentes o se matan. Se desprecia el valor de<br />

lo salvaje y lo visionario y se hacen siniestras <strong>con</strong>jeturas acerca del peligro <strong>que</strong><br />

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