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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

comer vida... prestándole atención. ¿De qué sirve una voz sin un oído <strong>que</strong> la reciba?<br />

¿De qué sirve una mujer en la selva de la megápolis o de la vida cotidiana si<br />

no puede oír y fiarse de la voz de La Que Sabe?<br />

He oído decir a las mujeres, no cien sino mil veces: "Sé <strong>que</strong> hubiera tenido<br />

<strong>que</strong> fiarme de mi intuición. Intuí <strong>que</strong> debería/no debería haber hecho tal cosa o<br />

tal otra, pero no hice caso." Alimentamos el profundo yo intuitivo prestándole<br />

atención y siguiendo sus <strong>con</strong>sejos. Es un personaje por derecho propio, un mágico<br />

ser del tamaño de una muñeca <strong>que</strong> habita en la tierra psíquica del interior de<br />

la mujer. Si el músculo no se ejercita, al final se debilita. A la intuición le ocurre<br />

exactamente lo mismo. Sin alimento, sin ejercicio, se atrofia.<br />

El alimento de la muñeca es un ciclo esencial del ar<strong>que</strong>tipo de la Mujer<br />

Salvaje, la guardiana de <strong>los</strong> tesoros ocultos. Vasalisa alimenta a la muñeca de<br />

dos maneras, primero <strong>con</strong> un trozo de pan, un trozo de vida para su nueva aventura<br />

psíquica, y después en<strong>con</strong>trando el camino de la casa de la Vieja Madre Salvaje,<br />

la Baba Yagá. Si prestamos atención a la muñeca —en cada curva y en cada<br />

encrucijada—, la muñeca indica por dónde se va a "casa". Nosotras, como Vasalisa,<br />

fortalecemos nuestro vínculo <strong>con</strong> nuestra naturaleza intuitiva prestando<br />

atención a nuestro interior a cada vuelta del camino. "¿Tengo <strong>que</strong> ir por aquí o<br />

por allí? ¿Tengo <strong>que</strong> <strong>que</strong>darme o me tengo <strong>que</strong> ir? ¿Tengo <strong>que</strong> resistir o ser flexible?<br />

¿Tengo <strong>que</strong> huir o acercarme? ¿Esta persona, este a<strong>con</strong>tecimiento, esta<br />

arriesgada empresa es verdadera o falsa?"<br />

A menudo la ruptura del vínculo entre la mujer y su intuición salvaje se interpreta<br />

erróneamente como una ruptura de la intuición. Pero no es así. No es la<br />

intuición la <strong>que</strong> se rompe sino más bien el don matrilineal de la intuición, la<br />

transmisión de la <strong>con</strong>fianza intuitiva entre una mujer y todas las mujeres de su<br />

linaje <strong>que</strong> la han precedido, es este largo río de mujeres <strong>que</strong> se ha represado 10.<br />

Como <strong>con</strong>secuencia de ello, cabe la posibilidad de <strong>que</strong> la comprensión de la sabiduría<br />

intuitiva de una mujer se debilite, pero ésta se puede recuperar y volver a<br />

manifestar plenamente por medio del ejercicio 11.<br />

Las muñecas se utilizan como talismanes. Los talismanes son recordatorios<br />

de lo <strong>que</strong> se siente, pero no se ve, de lo <strong>que</strong> es así, pero no resulta obvio <strong>con</strong> carácter<br />

inmediato. El numen talismánico de la imagen de la muñeca nos recuerda,<br />

nos dice y prevé las cosas. Esta función intuitiva pertenece a todas las mujeres.<br />

Es una receptividad masiva y fundamental. No una receptividad como la <strong>que</strong> antiguamente<br />

se enseñaba en la psicología tradicional, es decir, la de un recipiente<br />

vacío sino una receptividad <strong>que</strong> <strong>con</strong>siste en tener acceso inmediato a una profunda<br />

sabiduría <strong>que</strong> llega hasta <strong>los</strong> mismísimos huesos de las mujeres 12.<br />

Cuarta tarea:<br />

El enfrentamiento <strong>con</strong> la Bruja Salvaje<br />

En esta parte del cuento, Vasalisa se enfrenta cara a cara <strong>con</strong> la Bruja Salvaje.<br />

Las tareas de este encuentro son las siguientes: Poder resistir la <strong>con</strong>templación<br />

del rostro de la temible diosa salvaje sin temblar, es decir, poder enfrentarse<br />

<strong>con</strong> la imago* de la madre feroz (la reunión <strong>con</strong> la Baba Yagá). Familiarizarse <strong>con</strong><br />

el arcano, lo extraño, la "otredad" de lo salvaje (vivir durante algún tiempo en la<br />

casa de Baba Yagá). Incorporar a nuestras vidas algunos de sus valores, <strong>con</strong>virtiéndonos<br />

<strong>con</strong> ello en unos seres un poco raros en el buen sentido (comiendo su<br />

comida). Aprender a enfrentarnos <strong>con</strong> un gran poder, <strong>con</strong> el de <strong>los</strong> demás y posteriormente<br />

<strong>con</strong> el nuestro.<br />

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