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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

La presencia del tipo de <strong>con</strong>junctio <strong>que</strong> se produce en el cuento marca la activación<br />

de un lujuriante ciclo de la Vida/Muerte/Vida. Cuando se produce esta<br />

insólita y valiosa reunión, sabemos <strong>que</strong> está a punto de ocurrir una muerte espiritual,<br />

<strong>que</strong> es inminente un matrimonio espiritual y <strong>que</strong> nacerá una nueva vida.<br />

Estos factores predicen lo <strong>que</strong> va a ocurrir. La <strong>con</strong>junctio no es algo <strong>que</strong> se pueda<br />

ir a buscar. Es algo <strong>que</strong> ocurre como <strong>con</strong>secuencia de un intenso esfuerzo.<br />

Así pues, envueltas en nuestras vestiduras cubiertas de barro, bajamos por<br />

un camino <strong>que</strong> jamás habíamos visto mientras la señal de la naturaleza salvaje<br />

brilla cada vez <strong>con</strong> más fulgor a través de nosotras. Hay <strong>que</strong> decir <strong>que</strong> esta <strong>con</strong>junctio<br />

requiere una drástica revisión de lo <strong>que</strong> una ha sido hasta ahora. Si estamos<br />

en el vergel y podemos identificar la presencia de estos aspectos psíquicos,<br />

ya no hay vuelta atrás, tenemos <strong>que</strong> seguir adelante.<br />

¿Qué más podemos decir acerca de las peras? Están ahí para las <strong>que</strong> tienen<br />

hambre durante su largo viaje al mundo subterráneo. Tradicionalmente se<br />

utilizan distintos frutos para simbolizar el vientre femenino, casi siempre peras,<br />

manzanas, higos y melocotones, aun<strong>que</strong>, por regla general, cualquier objeto <strong>que</strong><br />

tenga forma exterior e interior y en cuyo centro haya semillas de las <strong>que</strong> pueda<br />

surgir algo vivo —huevos, por ejemplo— puede representar esta capacidad de la<br />

"vida dentro de la vida" de lo femenino. Las peras del cuento representan ar<strong>que</strong>típicamente<br />

un estallido de nueva vida, una semilla de un nuevo yo.<br />

En muchos mitos y cuentos de hadas <strong>los</strong> árboles frutales se encuentran<br />

bajo el dominio de la Gran Madre, la vieja Madre Salvaje, y el rey y sus hombres<br />

son <strong>los</strong> mayordomos. Las peras del jardín están numeradas, pues en este proceso<br />

transformativo se tienen en cuenta todos <strong>los</strong> detalles. No es un designio ciego.<br />

Todo está registrado y <strong>con</strong>trolado. La vieja Madre Salvaje sabe cuántas sustancias<br />

transformativas posee. El rey viene para <strong>con</strong>tar las peras, no en ce<strong>los</strong>o gesto<br />

de posesión sino en su afán de descubrir si ha llegado alguien nuevo al mundo<br />

subterráneo para comenzar su profundo proceso de iniciación. El mundo del alma<br />

siempre espera al principiante y al <strong>que</strong> vaga sin rumbo.<br />

La pera <strong>que</strong> se inclina para alimentar a la doncella es como una campana<br />

<strong>que</strong> repica en el vergel del mundo subterráneo, <strong>con</strong>vocando todas las fuerzas y<br />

las fuentes, al rey, al mago, al hortelano y, finalmente, a 1a anciana madre; todos<br />

<strong>corren</strong> a saludar, sostener y ayudar a la principiante.<br />

Las figuras santas de todos <strong>los</strong> tiempos nos aseguran y <strong>con</strong>firman <strong>que</strong>, en<br />

el transformativo camino abierto ya hay "un lugar preparado para nosotras". Y el<br />

destino nos arrastra o nos empuja a este lugar <strong>con</strong> la ayuda del rastro y la intuición.<br />

Todas acabamos llegando al vergel del rey. Tal como debe ser.<br />

En este episodio, <strong>los</strong> tres atributos masculinos de la psi<strong>que</strong> femenina —el<br />

jardinero, el rey y el mago— son <strong>los</strong> vigilantes <strong>que</strong> interrogan y prestan su auxilio<br />

durante el viaje por el mundo subterráneo donde nada es lo <strong>que</strong> parece al principio.<br />

Cuando el aspecto regio de la psi<strong>que</strong> subterránea femenina averigua <strong>que</strong> ha<br />

habido un cambio en la disposición del vergel, se presenta en compañía del mago<br />

de la psi<strong>que</strong> <strong>que</strong> comprende las cuestiones de <strong>los</strong> mundos humano y espiritual y<br />

sabe distinguir entre <strong>los</strong> distintos aspectos psíquicos del in<strong>con</strong>ciente.<br />

Así pues, ambos <strong>con</strong>templan cómo el espíritu vuelve a vaciar el foso. Tal<br />

como ya hemos dicho antes, el foso tiene un significado simbólico similar al del<br />

Éstige, el río venenoso en el <strong>que</strong> las almas de <strong>los</strong> muertos eran trasladadas desde<br />

la tierra de <strong>los</strong> vivos al país de <strong>los</strong> muertos. El río no era venenoso para <strong>los</strong> muertos<br />

sino tan sólo para <strong>los</strong> vivos. Hay <strong>que</strong> guardarse por tanto de la sensación de<br />

descanso y cumplimiento <strong>que</strong> puede inducir a <strong>los</strong> seres humanos a pensar <strong>que</strong><br />

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