09.05.2013 Views

Mujeres que corren con los lobos

Mujeres que corren con los lobos

Mujeres que corren con los lobos

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

Aquí es donde percibimos, siempre y cuando no <strong>que</strong>ramos ignorarla, una poderosa<br />

fuerza del Yo <strong>que</strong> nos dice: "No me arrojes lejos de ti. Consérvame a tu lado y<br />

ya verás."<br />

Mientras avanza por el bos<strong>que</strong>, no cabe duda de <strong>que</strong> Vasalisa también<br />

piensa en su familia putativa <strong>que</strong> la ha enviado perversamente a morir y, aun<strong>que</strong><br />

ella tiene un corazón muy tierno, la calavera no es tierna; su misión es ver las<br />

cosas <strong>con</strong> toda claridad. Por <strong>con</strong>siguiente, cuando Vasalisa la quiere arrojar lejos<br />

de sí, sabemos <strong>que</strong> está pensando en el dolor <strong>que</strong> produce el hecho de saber ciertas<br />

cosas sobre la propia persona y <strong>los</strong> demás, y sobre la naturaleza del mundo.<br />

Llega a casa y la madrastra y las hermanastras le dicen <strong>que</strong> no han tenido<br />

lumbre ni combustible alguno en su ausencia y <strong>que</strong>, a pesar de sus repetidos intentos,<br />

no han podido encender el fuego. Eso es exactamente lo <strong>que</strong> ocurre en la<br />

psi<strong>que</strong> de la mujer cuando ésta posee el poder salvaje. En su ausencia, todas las<br />

cosas <strong>que</strong> la oprimían se <strong>que</strong>dan sin libido, pues ella se lo lleva todo en su viaje.<br />

Sin libido, <strong>los</strong> aspectos más desagradables de la psi<strong>que</strong>, <strong>los</strong> <strong>que</strong> explotan la vida<br />

creativa de una mujer o la animan a malgastar su vida en menudencias, se <strong>con</strong>vierten<br />

en algo así como unos guantes sin manos en su interior.<br />

La temible calavera empieza a mirar a las hermanastras y a la madrastra y<br />

las estudia <strong>con</strong> detenimiento. ¿Puede un aspecto negativo de la psi<strong>que</strong> <strong>que</strong>dar<br />

reducido a ceniza por el simple hecho de estudiarlo <strong>con</strong> detenimiento? Pues sí. El<br />

hecho de examinar una cosa <strong>con</strong> <strong>con</strong>ciente lógica la puede deshidratar. En una<br />

de las versiones del cuento, <strong>los</strong> miembros descarriados de la familia se <strong>que</strong>dan<br />

achicharrados; en otra versión, <strong>que</strong>dan reducidos a tres pe<strong>que</strong>ñas y negras pavesas.<br />

Las tres pe<strong>que</strong>ñas y negras pavesas encierran una antiquísima e interesante<br />

idea. El minúsculo dit negro o puntito se <strong>con</strong>sidera a menudo el principio de la<br />

vida. En el Antiguo Testamento, cuando Dios crea al Primer Hombre y a la Primera<br />

Mujer, <strong>los</strong> hace de tierra o barro según la versión <strong>que</strong> uno lea. ¿Cuánta tierra?<br />

Nadie lo dice. Pero, entre otros relatos de la creación, el principio del mundo y de<br />

sus habitantes suele proceder del dit, de un grano, de un minúsculo y oscuro<br />

punto de algo 30.<br />

De esta manera, las tres pe<strong>que</strong>ñas pavesas <strong>que</strong>dan en el ámbito de la Madre<br />

de la Vida/Muerte/Vida. Y se reducen prácticamente a nada en el interior de<br />

la psi<strong>que</strong>. Se ven privadas de la libido. Ahora puede producirse una novedad. En<br />

casi todos <strong>los</strong> casos en <strong>que</strong> extraemos <strong>con</strong>cientemente el jugo de alguna cosa de<br />

la psi<strong>que</strong>, esta cosa se encoge y su energía se libera o se <strong>con</strong>figura de una manera<br />

distinta.<br />

La tarea de exprimir a la destructiva familia putativa tiene otra faceta. No<br />

se puede <strong>con</strong>servar la <strong>con</strong>ciencia <strong>que</strong> se ha adquirido tras haber entrado en <strong>con</strong>tacto<br />

<strong>con</strong> la Diosa Bruja, ni llevar la ardiente luz y todo lo demás si una mujer<br />

<strong>con</strong>vive <strong>con</strong> personas exterior o interiormente crueles. Si la mujer está rodeada de<br />

personas <strong>que</strong> ponen <strong>los</strong> ojos en blanco y levantan despectivamente la mirada al<br />

techo cuando ella entra en la estancia, dice algo, hace algo o reacciona a algo, no<br />

cabe duda de <strong>que</strong> se encuentra en compañía de personas <strong>que</strong> apagan las pasiones,<br />

las de la mujer y probablemente también las suyas propias. Estas personas<br />

no sienten interés por ella ni por su trabajo ni por su vida.<br />

La mujer tiene <strong>que</strong> elegir <strong>con</strong> prudencia tanto a <strong>los</strong> amigos como a <strong>los</strong><br />

amantes, pues tanto <strong>los</strong> unos como <strong>los</strong> otros pueden <strong>con</strong>vertirse en perversas<br />

madrastras y malvadas hermanastras. En el caso de <strong>los</strong> amantes, solemos atribuirles<br />

el poder de unos grandes magos. Es fácil <strong>que</strong> así sea, pues el hecho de<br />

91

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!