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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />
A muchas mujeres dicha tarea les exige <strong>que</strong> cada día dejen libre un espacio<br />
pira la meditación, un espacio para vivir <strong>que</strong> sea indiscutiblemente suyo y <strong>con</strong><br />
papel, plumas, pinturas, herramientas, <strong>con</strong>versaciones, tiempo y libertades destinadas<br />
exclusivamente a este fin muchas de ellas adquieren ese tiempo y ese lugar<br />
especiales para el trabajo a través del Psicoanálisis la <strong>con</strong>templación, la meditación,<br />
la aceptación de la soledad y otras experiencias de descenso y transformación.<br />
Cada mujer tiene sus preferencias, su manera de hacer.<br />
Si la tarea se puede llevar a cabo en la cabaña de Baba Yagá, tanto mejor.<br />
Pero incluso el hecho de llevarla a cabo en las inmediaciones de la cabaña es mejor<br />
<strong>que</strong> lejos de ella. En cualquier caso, hay <strong>que</strong> ordenar la vida salvaje <strong>con</strong> regularidad.<br />
No es bueno acudir a ella un día o unos cuantos días al año.<br />
Pero, puesto <strong>que</strong> lo <strong>que</strong> barre Vasalisa es la cabaña de Baba Yagá y puesto<br />
<strong>que</strong> se trata del patio de Baba Yagá, estamos hablando también de mantener claras<br />
y ordenadas las ideas insólitas. Entre estas ideas se incluyen las <strong>que</strong> son poco<br />
habituales, las místicas, espirituales y extrañas 19.<br />
Barrer la casa significa no sólo valorar la vida no superficial sino también<br />
preocuparse por su limpieza. A veces las mujeres se hacen un lío <strong>con</strong> el trabajo<br />
espiritual y descuidan su arquitectura hasta el punto de <strong>que</strong> la maleza la invade.<br />
Poco a poco las estructuras de la psi<strong>que</strong> se van llenando de malas hierbas hasta<br />
<strong>con</strong>vertirse prácticamente en una ruina ar<strong>que</strong>ológica oculta en el in<strong>con</strong>ciente de<br />
la psi<strong>que</strong>. Un cíclico y decisivo barrido impedirá <strong>que</strong> eso ocurra. Cuando las mujeres<br />
limpian el espacio, la naturaleza salvaje se desarrolla mejor.<br />
Cuando <strong>que</strong>remos guisar para Baba Yagá, nos preguntamos literalmente,<br />
¿cómo se da de comer a la Baba Yagá de la psi<strong>que</strong>, qué se le da de comer a una<br />
diosa tan salvaje? En primer lugar, si alguien quiere guisar para la Yagá, tiene<br />
<strong>que</strong> encender el fuego; una mujer tiene <strong>que</strong> estar dispuesta a arder al rojo vivo, a<br />
arder <strong>con</strong> pasión, a arder <strong>con</strong> palabras, <strong>con</strong> ideas, <strong>con</strong> deseo de cualquier cosa<br />
<strong>que</strong> ella aprecie sinceramente. Esta pasión es la <strong>que</strong>, de hecho, permite guisar y<br />
lo <strong>que</strong> se guisa son las sólidas ideas originales de una mujer. Si alguien quiere<br />
guisar para la Yagá tiene <strong>que</strong> procurar <strong>que</strong> debajo de la propia vida creativa haya<br />
un buen fuego.<br />
A casi todas nosotras nos irían mejor las cosas si nos acostumbráramos a<br />
vigilar el fuego <strong>que</strong> arde debajo de nuestro trabajo, si vigiláramos <strong>con</strong> más detenimiento<br />
el proceso de cocción destinado a alimentar el Yo salvaje. Demasiado a<br />
menudo nos apartamos de la olla, de la cocina. Nos olvidamos de vigilar, de añadir<br />
combustible y de remover. Pensamos erróneamente <strong>que</strong> el fuego y la cocción<br />
son como una de esas resistentes plantas de interior <strong>que</strong> pueden pasarse ocho<br />
meses sin agua antes de perecer. Pero no es así. El fuego necesita, exige vigilancia,<br />
pues la llama se apaga fácilmente. Hay <strong>que</strong> dar de comer a la Yagá. El hecho<br />
de <strong>que</strong> pase hambre se paga muy caro.<br />
Por <strong>con</strong>siguiente, la elaboración de nuevos platos completamente originales,<br />
de nuevos rumbos, de compromisos <strong>con</strong> el propio arte y el propio trabajo es<br />
la <strong>que</strong> <strong>con</strong>stantemente alimenta el alma salvaje. Estas mismas cosas alimentan a<br />
la Vieja Madre Salvaje y le dan sustento en nuestra psi<strong>que</strong>.<br />
Sin el fuego, nuestras grandes ideas, nuestros pensamientos originales y<br />
nuestros anhe<strong>los</strong> y aspiraciones no se .podrán guisar y todo el mundo <strong>que</strong>dará<br />
insatisfecho. Por otra parte, cualquier cosa <strong>que</strong> hagamos complacerá a la Madre<br />
Salvaje y nos alimentará a todas, siempre y cuando tenga fuego.<br />
En el desarrollo de las mujeres todas estas acciones "domésticas", el guisar,<br />
el lavar, el barrer, cuantifican algo <strong>que</strong> rebasa <strong>los</strong> límites de lo ordinario. Todas<br />
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