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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

nombre de la mujer y en su beneficio, gobernando lo <strong>que</strong> ésta y el alma le encomiendan<br />

y administrando las tierras psíquicas <strong>que</strong> se le <strong>con</strong>fían.<br />

Eso es por tanto lo <strong>que</strong> tendría <strong>que</strong> ser el animus, pero en el cuento éste ha<br />

buscado otros objetivos a expensas de la naturaleza salvaje y, cuando el río se<br />

llena de desperdicios, su caudal empieza a envenenar otros aspectos de la psi<strong>que</strong><br />

creativa y especialmente <strong>los</strong> niños no nacidos de la mujer.<br />

¿Qué ocurre cuando la psi<strong>que</strong> <strong>con</strong>cede al animus poder sobre el río y el<br />

animus abusa de este poder? Alguien me dijo cuando era pe<strong>que</strong>ña <strong>que</strong> era tan<br />

fácil crear para lo bueno como crear para lo malo. Pero yo he descubierto <strong>que</strong> no<br />

es así. Es mucho más difícil mantener el río limpio. Es mucho más fácil dejar <strong>que</strong><br />

se <strong>con</strong>tamine. Digamos por tanto <strong>que</strong> la limpieza de la corriente es un desafío <strong>con</strong><br />

el <strong>que</strong> todas nos enfrentamos. Confiamos en poner remedio al enturbiamiento<br />

<strong>con</strong> la mayor rapidez y <strong>con</strong> la mayor amplitud posible.<br />

Pero ¿y si algo se apodera de la corriente creativa y la llena cada vez más de<br />

cieno? ¿Y si nos <strong>que</strong>damos atrapadas en este algo, y si de una forma un tanto<br />

perversa este algo no sólo nos empieza a gustar sino <strong>que</strong>, además, <strong>con</strong>fiamos en<br />

él, vivimos de él y nos sentimos vivas por su mediación? ¿Y si lo utilizamos para<br />

levantarnos de la cama por la mañana, para ir a algún sitio y para <strong>con</strong>vertirnos<br />

en alguien en nuestra propia mente? Ésas son las trampas <strong>que</strong> nos esperan a<br />

todas.<br />

El hidalgo del cuento representa un aspecto de la psi<strong>que</strong> femenina <strong>que</strong>, por<br />

decirlo en términos coloquiales, se ha "estropeado". Se ha corrompido, se aprovecha<br />

del veneno <strong>que</strong> fabrica y está en cierto modo atado a una vida insalubre. Es<br />

como un rey <strong>que</strong> gobierna por medio de un apetito equivocado. No es sabio y jamás<br />

podrá ser amado por la mujer a la <strong>que</strong> alega servir.<br />

Es muy bueno <strong>que</strong> una mujer tenga en su psi<strong>que</strong> un animus fiel, fuerte,<br />

clarividente, capaz de oír tanto en el mundo exterior como en el subterráneo y de<br />

predecir lo <strong>que</strong> probablemente ocurrirá a <strong>con</strong>tinuación y de tomar decisiones<br />

acerca de las leyes y la justicia a través de la suma de lo <strong>que</strong> ve y percibe en todos<br />

<strong>los</strong> mundos. Pero el animus del cuento es infiel. El papel del animus representado<br />

por el hidalgo, rey o mentor, en la psi<strong>que</strong> de una mujer, debería ser el de<br />

ayudarla a desarrollar sus posibilidades y alcanzar sus objetivos, a manifestar las<br />

ideas y <strong>los</strong> ideales <strong>que</strong> ella aprecia, a sopesar la justicia y la honradez de las cosas,<br />

a cuidar de <strong>los</strong> armamentos, a poner en práctica una estrategia cuando se<br />

siente amenazada y a juntar todos sus territorios psíquicos.<br />

Cuando el animus se ha <strong>con</strong>vertido en una amenaza tal como vemos en este<br />

cuento, la mujer pierde <strong>con</strong>fianza en sus decisiones. A medida <strong>que</strong> el animus<br />

se debilita a causa de su propio desequilibrio —sus engaños, sus robos, sus falsedades<br />

para <strong>con</strong> ella—, el agua del río pasa a <strong>con</strong>vertirse de algo <strong>que</strong> era esencial<br />

para la vida en algo a lo <strong>que</strong> hay <strong>que</strong> acercarse <strong>con</strong> las mismas precauciones<br />

<strong>que</strong> se adoptan en presencia de un asesino a sueldo. Entonces se produce hambre<br />

en la tierra y <strong>con</strong>taminación en el río.<br />

Crear deriva del latín creare (15) <strong>con</strong> el significado de producir vida o cualquier<br />

otra cosa donde antes no había nada. El hecho de beber agua del río <strong>con</strong>taminado<br />

es la causa del cese de la vida interior y, por <strong>con</strong>siguiente, también de<br />

la exterior. En el cuento, la <strong>con</strong>taminación provoca la deformación de <strong>los</strong> hijos,<br />

símbolo de <strong>los</strong> jóvenes ideales e ideas. Los hijos representan nuestra capacidad<br />

de producir algo donde antes no había nada. Podernos re<strong>con</strong>ocer la presencia de<br />

esta deformación del nuevo potencial cuando empezamos a poner en tela de juicio<br />

nuestra capacidad y, sobre todo, nuestro derecho a pensar, actuar o existir.<br />

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