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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

Nosotras también estamos pinzadas cuando la familia putativa <strong>que</strong> llevamos<br />

dentro o <strong>que</strong> nos rodea nos dice <strong>que</strong> no servimos para nada e insiste en <strong>que</strong><br />

nos centremos en nuestros defectos en lugar de fijarnos en la crueldad <strong>que</strong> se<br />

arremolina a nuestro alrededor, tanto si ésta emana de nuestra psi<strong>que</strong> como si<br />

emana de la cultura a la <strong>que</strong> pertenecemos.<br />

* En la psicología analítica de Jung, la "sombra” es el <strong>con</strong>junto de modalidades y posibilidades de<br />

existencia <strong>que</strong> el sujeto no quiere re<strong>con</strong>ocer como propias por<strong>que</strong> son negativas <strong>con</strong> respecto a <strong>los</strong><br />

valores codificados de la <strong>con</strong>ciencia y <strong>que</strong> aleja de sí para defender su propia identidad, pero <strong>con</strong><br />

el riesgo de paralizar el desarrollo de su personalidad. (N. de la T.)<br />

No obstante, para poder ver algo necesitamos intuición y fuerza para resistir lo<br />

<strong>que</strong> vemos. Es posible <strong>que</strong>, como Vasalisa, tratemos de ser amables en lugar de<br />

ser astutas, Es posible <strong>que</strong> nos hayan enseñado a apartar a un lado la aguda<br />

perspicacia para poder llevarnos bien <strong>con</strong> la gente. Sin embargo, la recompensa<br />

<strong>que</strong> recibimos a cambio de ser amables 6 en circunstancias opresivas <strong>con</strong>siste en<br />

una intensificación de <strong>los</strong> ma<strong>los</strong> tratos. Aun<strong>que</strong> una mujer piense <strong>que</strong> el hecho<br />

de ser ella misma le granjeará la hostilidad de <strong>los</strong> demás, esta tensión psíquica es<br />

precisamente lo <strong>que</strong> necesita para poder desarrollar el alma y crear un cambio.<br />

Por eso la madrastra y las hermanastras deciden enviar lejos a Vasalisa,<br />

pensando en su fuero interno: "Vete al bos<strong>que</strong>, Vasalisa, vete a ver a la Baba Yagá<br />

y, si sobrevives, ja, ja —cosa <strong>que</strong> no ocurrirá—, puede <strong>que</strong> te aceptemos." Se<br />

trata de una idea de importancia decisiva, pues muchas mujeres se <strong>que</strong>dan atascadas<br />

a medio camino de este proceso de iniciación... como si estuvieran medio<br />

dentro y medio fuera del aro. A pesar de la existencia del depredador natural de<br />

la psi<strong>que</strong> <strong>que</strong> dice "¡Muérete!", "¡Déjalo!" y "¿Por qué no te rindes?", de una manera<br />

prácticamente automática, la cultura en la <strong>que</strong> vive una mujer y la familia en<br />

la <strong>que</strong> creció pueden intensificar dolorosamente este natural pero moderado aspecto<br />

negativo de la psi<strong>que</strong>.<br />

Por ejemplo, las mujeres <strong>que</strong> se han criado en familias <strong>que</strong> no aceptan sus<br />

cualidades se lanzan una y otra vez al cumplimiento de impresionantes hazañas...<br />

sin saber por qué. Experimentan la necesidad de tener tres doctorados universitarios,<br />

colgar boca abajo desde la cumbre del Everest o llevar a cabo toda<br />

suerte de arriesgadas y costosas proezas <strong>que</strong> les ocupan mucho tiempo para demostrar<br />

su valía a su familia. "¿Ahora me aceptáis? ¿No?. Muy bien pues (suspiro),<br />

ahora veréis." El ganglio de la familia putativa nos pertenece cualquiera <strong>que</strong><br />

sea el medio a través del cual lo hayamos recibido, y nuestra obligación es deshacernos<br />

de él <strong>con</strong> autoridad. Sin embargo, sabemos <strong>que</strong>, para <strong>que</strong> esta profunda<br />

tarea pueda seguir adelante, el hecho de tratar de demostrar la propia valía al<br />

coro de ce<strong>los</strong>as brujas es inútil y, tal como veremos más adelante, incluso obstaculiza<br />

la iniciación.<br />

Vasalisa cumple sus tareas cotidianas sin <strong>que</strong>jarse. El hecho de someterse<br />

puede parecer una heroicidad, pero, en realidad, provoca más presiones y <strong>con</strong>flictos<br />

entre las dos naturalezas <strong>con</strong>trarias, la demasiado buena y la demasiado exigente.<br />

Tal como ocurre <strong>con</strong> el <strong>con</strong>flicto entre el hecho de someterse a <strong>los</strong> deseos<br />

de <strong>los</strong> demás y el de ser una misma, esta presión <strong>con</strong>duce a un buen final. La<br />

mujer <strong>que</strong> se debate entre ambas cosas va por buen camino, pero tiene <strong>que</strong> dar<br />

<strong>los</strong> pasos <strong>que</strong> todavía le <strong>que</strong>dan.<br />

En el cuento, las parientes putativas exprimen hasta tal punto la naciente<br />

psi<strong>que</strong> <strong>que</strong>, a causa de sus intrigas, el fuego se apaga. En este momento una mujer<br />

empieza a desorientarse. Puede <strong>que</strong> tenga frío, se sienta sola y esté dispuesta<br />

a hacer cualquier cosa para recuperar el fuego. Ésta es justo la sacudida <strong>que</strong> ne-<br />

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