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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

La mayoría de la gente cuando se enfrenta por primera vez <strong>con</strong> la Mujer<br />

Es<strong>que</strong>leto experimenta el impulso de echar a correr y alejarse al máximo. Correr<br />

forma parte del proceso. Hacerlo es humano, pero no durante el tiempo y no para<br />

siempre.<br />

La persecución y el es<strong>con</strong>drijo<br />

La naturaleza de la Muerte tiene la extraña costumbre de aparecer en las<br />

relaciones amorosas justo en el momento en <strong>que</strong> creemos haber en<strong>con</strong>trado a un<br />

amante adecuado, en <strong>que</strong> creemos haber pescado "un pez muy gordo". Es entonces<br />

cuando aflora a la superficie la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida y pega un<br />

susto a todo el mundo. Surge cuando <strong>los</strong> amantes hacen toda suerte de equilibrios<br />

y se preguntan por qué razón el amor no va a "dar resultado" para cualquiera<br />

de <strong>los</strong> componentes de la pareja. Es entonces cuando uno se es<strong>con</strong>de en la<br />

madriguera en un esfuerzo por hacerse invisible. ¿Invisible para el amante? No.<br />

Invisible para la Mujer Es<strong>que</strong>leto. Es entonces cuando empiezan las carreras y la<br />

bús<strong>que</strong>da de es<strong>con</strong>drijos. Pero, tal como veremos, no hay ningún lugar donde<br />

ocultarse.<br />

La psi<strong>que</strong> racional sale de pesca en la esperanza de lograr una buena pieza<br />

y no sólo la <strong>con</strong>sigue sino <strong>que</strong>, además, se lleva un susto tan grande <strong>que</strong> apenas<br />

puede resistirlo. Los amantes tienen la sensación de <strong>que</strong> algo <strong>los</strong> persigue. A veces<br />

piensan <strong>que</strong> es el otro quien <strong>los</strong> persigue. Pero, en realidad, es la Mujer Es<strong>que</strong>leto.<br />

Al principio, cuando aprendemos a amar de verdad, interpretamos erróneamente<br />

muchas cosas. Creemos <strong>que</strong> es el otro quien nos persigue cuando, en<br />

realidad, lo <strong>que</strong> atrapa a la Mujer Es<strong>que</strong>leto de tal forma <strong>que</strong> no puede escapar de<br />

nosotros es nuestra intención de relacionarnos de una manera especial <strong>con</strong> otro<br />

ser humano. Siempre <strong>que</strong> nace el amor, emerge a la superficie la fuerza de la Vida/<br />

Muerte/Vida. Siempre.<br />

Así pues, el pescador y la Mujer Es<strong>que</strong>leto se enredan el uno <strong>con</strong> el otro.<br />

Mientras la Mujer Es<strong>que</strong>leto avanza a trompi<strong>con</strong>es detrás del aterrorizado pescador,<br />

se inicia su primitiva participación en la vida; le entra apetito y come pescado<br />

seco. Más tarde, cuando cobra más vida, apaga su sed <strong>con</strong> la lágrima del pescador.<br />

Este extraño fenómeno se produce en todas las relaciones amorosas: cuanto<br />

más corre el amante, más acelera ella. Cuando uno de <strong>los</strong> componentes de la<br />

pareja intenta huir de la relación, ésta se llena paradójicamente de vida. Y, cuanta<br />

más vida se crea, tanto más se asusta el pescador. Y, cuanto más corre, más<br />

vida se crea. El fenómeno es una de las tragicomedias más esenciales de la vida.<br />

Una persona <strong>que</strong> se en<strong>con</strong>traba en esta situación soñó <strong>que</strong> en<strong>con</strong>traba a<br />

una amante cuyo suave cuerpo se abría como un armario. En el interior de la cavidad<br />

de su cuerpo había unos embriones relucientes y palpitantes, unas dagas<br />

en unos ana<strong>que</strong>les <strong>que</strong> chorreaban sangre y unas bolsas llenas del primer verdor<br />

de la primavera. El sujeto se <strong>que</strong>dó perplejo, pues se trataba de un sueño acerca<br />

de la naturaleza de la Vida/Muerte /Vida.<br />

Estas fugaces visiones del interior de la Mujer Es<strong>que</strong>leto inducen a <strong>los</strong><br />

amantes en ciernes a tomar su equipo de pesca y echar a correr a toda velocidad<br />

en un intento de interponer la mayor distancia posible entre su persona y la Mujer<br />

Es<strong>que</strong>leto. Ésta es inmensa, enigmática y deslumbradoramente numinosa.<br />

Desde un punto de vista psíquico, se extiende de horizonte a horizonte y del cielo<br />

al infierno. Es tan enorme <strong>que</strong> cuesta mucho abrazarla. Y, sin embargo, no es de<br />

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