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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />
entre dos personas, ¿verdad? Pero este matrimonio guarda relación <strong>con</strong> todos <strong>los</strong><br />
picarescos matrimonios de <strong>los</strong> cuentos de hadas en <strong>los</strong> <strong>que</strong> se unen dos vidas<br />
muy fuertes pero extremadamente distintas. La cenicienta y el príncipe, la mujer<br />
y el oso, la joven y la luna, la doncella foca y el pescador, la doncella del desierto<br />
y el coyote. El alma absorbe la sabiduría de cada parte. Eso es lo <strong>que</strong> significa<br />
nacer dos veces.<br />
Tanto en las bodas de <strong>los</strong> cuentos de hadas como en las del mundo de arriba,<br />
el gran amor y la unión entre dos seres distintos puede durar eternamente o<br />
sólo hasta <strong>que</strong> se completa la lección. En la alquimia el matrimonio entre <strong>los</strong> <strong>con</strong>trarios<br />
significa <strong>que</strong> muy pronto habrá una muerte y un nacimiento, tal como veremos<br />
más adelante en este cuento.<br />
El rey ordena <strong>que</strong> le hagan a la doncella unas manos espirituales <strong>que</strong> actuarán<br />
en su nombre en el mundo subterráneo. Al llegar a esta fase la mujer adquiere<br />
la destreza necesaria para hacer el viaje; su sumisión a él es total, ha recuperado<br />
el sentido de la orientación y también la destreza manual. La destreza<br />
manual en el mundo subterráneo se adquiere llamando, dirigiendo, <strong>con</strong>solando y<br />
recurriendo a <strong>los</strong> poderes de este mundo, pero también rechazando <strong>los</strong> aspectos<br />
negativos como la somnolencia y otros parecidos. Si el símbolo de la mano en el<br />
mundo de arriba lleva un radar sensorial, la mano simbólica en el mundo subterráneo<br />
puede ver en la oscuridad y a través del tiempo.<br />
La idea de sustituir las partes perdidas <strong>con</strong> extremidades de Plata, oro o<br />
madera tiene una larguísima tradición de muchos sig<strong>los</strong>. En <strong>los</strong> cuentos de<br />
hadas de Europa y de las regiones circumpolares, la orfebrería es el arte de <strong>los</strong><br />
homunculi, <strong>los</strong> duendes, <strong>los</strong> dvergar, <strong>los</strong> espíritus domésticos, <strong>los</strong> trasgos y <strong>los</strong><br />
elfos, <strong>que</strong>, traducidos en términos psicológicos, son <strong>los</strong> aspectos elementales del<br />
espíritu <strong>que</strong> habitan en lo más profundo de la psi<strong>que</strong> y extraen de ella valiosas<br />
ideas. Todas estas criaturas son unos pe<strong>que</strong>ños psicopompos, es decir, unos<br />
mensajeros intermediarios entre la fuerza del alma y <strong>los</strong> seres humanos. Desde<br />
tiempos inmemoriales, <strong>los</strong> objetos fabricados <strong>con</strong> metales preciosos se asocian<br />
<strong>con</strong> esos industriosos y a menudo malhumorados huroneros. Es un ejemplo más<br />
de la actuación de la psi<strong>que</strong> en nuestro nombre, aun<strong>que</strong> nosotras no estemos<br />
<strong>con</strong>stantemente presentes en <strong>los</strong> distintos talleres.<br />
Como en todas las cosas del espíritu, las manos de plata están cargadas de<br />
historia y misterio. Existen numerosos mitos y cuentos en <strong>los</strong> <strong>que</strong> se describe el<br />
origen de las mágicas prótesis y se revela quién las formó, quién hizo <strong>los</strong> moldes,<br />
quién las transportó, hizo el vaciado, las dejó enfriar, las pulió y las acopló. En la<br />
Grecia clásica, la plata es uno de <strong>los</strong> metales preciosos de la fragua de Hefesto.<br />
Como la doncella, el dios Hefesto fue mutilado en unas circunstancias dramáticas<br />
relacionadas <strong>con</strong> sus progenitores. Es probable <strong>que</strong> Hefesto y el rey del cuento<br />
sean figuras intercambiables. Hefesto y la doncella de las manos de plata son<br />
hermanos ar<strong>que</strong>típicos; ambos tienen unos padres <strong>que</strong> no comprenden su valor.<br />
Cuando nació Hefesto, su padre Zeus exigió <strong>que</strong> fuera cedido en adopción y su<br />
madre Hera accedió a hacerlo, por lo menos hasta <strong>que</strong> el niño creciera. Después<br />
lo devolvió al Olimpo. El joven se había <strong>con</strong>vertido en un platero y orfebre de<br />
asombrosa habilidad. Se produjo una discusión entre Zeus y Hera, pues Zeus<br />
estaba ce<strong>los</strong>o de su hijo. Hefesto se puso del lado de su madre en la discusión y<br />
Zeus arrojó al muchacho al pie del monte, destrozándole las piernas.<br />
El lisiado Hefesto no se dio por vencido y se negó a morir. Encendió la<br />
hoguera más grande <strong>que</strong> jamás hubiera habido en su fragua y se hizo unas piernas<br />
de plata y oro de rodillas para abajo. Forjó toda suerte de objetos mágicos y<br />
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