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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

Aun<strong>que</strong> es útil tender puentes incluso <strong>con</strong> <strong>los</strong> grupos a <strong>los</strong> <strong>que</strong> uno no pertenece<br />

y es importante procurar ser amable, también es imprescindible no esforzarse<br />

demasiado y no creerse demasiado <strong>que</strong>, si una se comporta como debe y<br />

<strong>con</strong>sigue ocultar todas las comezones y crispaciones de la criatura salvaje, <strong>con</strong>seguirá<br />

parecer una dama amable, reservada, modosa y circunspecta. Esta clase de<br />

comportamiento, este afán del ego de en<strong>con</strong>trar un lugar a toda costa es el <strong>que</strong><br />

corta la <strong>con</strong>exión <strong>con</strong> la Mujer Salvaje de la psi<strong>que</strong>. En tal caso, en lugar de una<br />

mujer vital, nos <strong>que</strong>da una mujer sin garras. Nos <strong>que</strong>da una nerv1osa, comedida<br />

y bienintencionada mujer <strong>que</strong> se muere de ganas de ser buena. Pues no, es mucho<br />

mejor, mucho más elegante e infinitamente más espiritual ser lo <strong>que</strong> se es y<br />

tal como se es, y dejar <strong>que</strong> <strong>los</strong> demás sean también lo <strong>que</strong> son.<br />

El sentimiento paralizado, la creatividad paralizada<br />

Las mujeres afrontan el exilio de otras maneras. Como el patito <strong>que</strong> se <strong>que</strong>da<br />

atrapado en el hielo del estan<strong>que</strong>, ellas también se <strong>con</strong>gelan. Lo peor <strong>que</strong> puede<br />

hacer una persona es <strong>con</strong>gelarse. La frialdad es el beso de la muerte de la<br />

creatividad, de la relación y de la vida. Algunas mujeres se comportan como si el<br />

hecho de mostrarse frías fuera una hazaña. Pero no lo es. Es un acto de cólera<br />

defensiva.<br />

En la psicología ar<strong>que</strong>típica mostrarse frío equivale a carecer de sentimientos.<br />

Hay cuentos acerca del niño <strong>con</strong>gelado, del niño <strong>que</strong> no podía sentir, de <strong>los</strong><br />

cadáveres <strong>con</strong>gelados en el hielo a lo largo de un período en el <strong>que</strong> nada se podía<br />

mover, nada se podía <strong>con</strong>vertir en nada y nada podía nacer. Estar <strong>con</strong>gelado significa<br />

en un ser humano carecer deliberadamente de sentimientos, especialmente<br />

hacia la propia persona, pero también, y a veces más todavía, hacia <strong>los</strong> demás.<br />

Aun<strong>que</strong> se trate de un mecanismo de autoprotección, es algo muy duro para la<br />

psi<strong>que</strong> espiritual, pues el alma no responde a la frialdad sino al calor. Una actitud<br />

helada apaga el fuego creador de una mujer. Inhibe la función creadora.<br />

Se trata de un problema muy serio, pero el cuento nos da una idea. El hielo<br />

se tiene <strong>que</strong> romper y el alma se tiene <strong>que</strong> sacar del frío glacial.<br />

Por ejemplo, cuando <strong>los</strong> escritores se sienten muy secos, saben <strong>que</strong> la mejor<br />

manera de mojarse es escribir. En cambio, si se <strong>que</strong>dan paralizados en el hielo,<br />

no podrán escribir. Hay pintores <strong>que</strong> se mueren de deseo de pintar, pero se<br />

dicen: "Largo de aquí. Tu obra es estrambótica y fea." Hay muchos artistas <strong>que</strong><br />

aún no han <strong>con</strong>seguido afianzarse o <strong>que</strong> son muy expertos en el desarrollo de sus<br />

existencias creativas y <strong>que</strong>, sin embargo, cada vez <strong>que</strong> toman la pluma, el pincel,<br />

las cintas, el guión, oyen una voz <strong>que</strong> les dice "No eres más <strong>que</strong> un incordio, tu<br />

obra es marginal o totalmente inaceptable... por<strong>que</strong> tú mismo eres marginal e inaceptable".<br />

¿Dónde está pues la solución? Haz lo <strong>que</strong> hace el patito. Sigue adelante por<br />

mucho <strong>que</strong> te cueste. Toma la pluma, acércala a la página y deja de gimotear.<br />

Escribe. Toma el pincel y, para variar, sé dura col' tu propia persona y pinta. Bailarinas,<br />

poneos la túnica holgada, ataos cintas en el pelo, en la cintura y en <strong>los</strong><br />

tobil<strong>los</strong> y decidle al cuerpo <strong>que</strong> empiece a partir de ahí. Bailad. Actriz, comediógrafo,<br />

poeta, músico o quienquiera <strong>que</strong> seáis, dejad de hablar. No digáis una sola<br />

palabra más a no ser <strong>que</strong> seáis cantantes. Encerraos en una habitación <strong>con</strong> un<br />

techo o en un claro del bos<strong>que</strong> bajo el cielo. Dedicaos a vuestro arte. Por regla<br />

general, una cosa no puede <strong>con</strong>gelarse si se mueve. Moveos pues, No dejéis de<br />

moveros.<br />

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