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Mujeres que corren con los lobos

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Clarissa Pinkola Estés <strong>Mujeres</strong> <strong>que</strong> <strong>corren</strong> <strong>con</strong> <strong>los</strong> <strong>lobos</strong><br />

tras haber sido aplastadas en cierto modo por él. Por regla general, el recelo es<br />

fruto de unos traumas causados por la familia y la cultura en las épocas en <strong>que</strong><br />

las mujeres eran tratadas como siervas y no como personas, unos traumas <strong>que</strong><br />

ahora están a duras penas empezando a sanar. Aún está fresca el la memoria de<br />

la Mujer Salvaje la época en <strong>que</strong> las mujeres de talento eran apartadas a un lado<br />

cual si fueran basura, en <strong>que</strong> una mujer no podía tener ninguna idea a no ser<br />

<strong>que</strong> la inculcara en secreto y la hiciera fructificar en un hombre <strong>que</strong> posteriormente<br />

la presentara al mundo como propia.<br />

Pero yo creo en último extremo <strong>que</strong> no podemos rechazar ninguna metáfora<br />

<strong>que</strong> nos ayude a ver y a ser. Yo no me fiaría mucho de una paleta en la <strong>que</strong> faltara<br />

el rojo, el azul, el amarillo, el blanco o el negro. Y tú tampoco. El animus es un<br />

color primario de la paleta de la psi<strong>que</strong> femenina.<br />

Por <strong>con</strong>siguiente, en lugar de ser la naturaleza del alma de las mujeres, el<br />

animus, o la naturaleza <strong>con</strong>trasexual femenina, es una profunda inteligencia psíquica<br />

<strong>con</strong> capacidad de actuación. Viaja entre <strong>los</strong> mundos, entre <strong>los</strong> distintos nodos<br />

de la psi<strong>que</strong>. Esta fuerza tiene la capacidad de sacar al exterior y llevar a la<br />

práctica <strong>los</strong> deseos del ego, de estimular la creatividad femenina de una manera<br />

visible y <strong>con</strong>creta,<br />

El aspecto clave de un desarrollo positivo del animus es la manifestación<br />

efectiva de <strong>los</strong> impulsos, las ideas y <strong>los</strong> pensamientos interiores cohesivos. Aun<strong>que</strong><br />

aquí estemos hablando de un desarrollo positivo del animus, hay <strong>que</strong> hacer<br />

también una advertencia: el animus integral se desarrolla <strong>con</strong> plena <strong>con</strong>ciencia y<br />

<strong>con</strong> un exhaustivo autoexamen. Si no se examinan cuidadosamente <strong>los</strong> propios<br />

motivos y apetitos a cada paso del camino, el resultado será un animus muy poco<br />

desarrollado. Y este animus deletéreo puede llevar y llevará insensatamente a la<br />

práctica <strong>los</strong> impulsos no examinados del ego, sacando a la superficie distintas<br />

ambiciones absurdas y dando satisfacción a una miríada de apetitos no examinados.<br />

Además, el animus es un elemento de la psi<strong>que</strong> femenina <strong>que</strong> se tiene <strong>que</strong><br />

ejercitar y al <strong>que</strong> hay <strong>que</strong> encomendar tareas regularmente para <strong>que</strong> tanto él como<br />

la mujer puedan actuar de manera integral. Si en la vida psíquica de la mujer<br />

se descuida el animus, éste se atrofia exactamente igual <strong>que</strong> un músculo <strong>que</strong> ha<br />

permanecido demasiado tiempo inactivo.<br />

Aun<strong>que</strong> algunas mujeres han apuntado la teoría de <strong>que</strong> la naturaleza guerrera,<br />

la naturaleza de amazona y la naturaleza de cazadora de la mujer pueden<br />

sustituir este "elemento masculino dentro de lo femenino", existen a mi modo de<br />

ver demasiados matices y estratos de naturaleza masculina —como, por ejemplo,<br />

un cierto tipo de reglamentación, legislación y limitación intelectual— extremadamente<br />

valiosos para las mujeres <strong>que</strong> viven en el mundo moderno. Estas características<br />

masculinas no surgen del temperamento instintivo de la psi<strong>que</strong> femenina<br />

de la misma manera o <strong>con</strong> el mismo tono <strong>que</strong> las de su naturaleza femenina<br />

(14).<br />

Por <strong>con</strong>siguiente, viviendo tal como vivimos en un mundo <strong>que</strong> exige actuar<br />

de una forma reflexiva pero también audaz, <strong>con</strong>sidero muy útil emplear el <strong>con</strong>cepto<br />

de una naturaleza masculina o animus en la mujer. Cuando existe el debido<br />

equilibrio, el animus se comporta como un asistente, un ayudante, un amante,<br />

un hermano, un padre y un rey. Lo cual no quiere decir <strong>que</strong> el animus sea el rey<br />

de la psi<strong>que</strong> femenina tal como quizá desearía una ofendida visión paternalista.<br />

Significa <strong>que</strong> en la psi<strong>que</strong> femenina hay un aspecto regio, un elemento <strong>que</strong>,<br />

cuando se desarrolla como actitud, actúa y media en amoroso servicio de la naturaleza<br />

salvaje. El ar<strong>que</strong>tipo del rey representa la fuerza <strong>que</strong> tiene <strong>que</strong> actuar en<br />

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