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La fotografía en <strong>la</strong> Arqueología Españo<strong>la</strong><br />

que nos referiremos en otros capítulos. Las dificulta<strong>de</strong>s técnicas habían <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> constituir un condicionamiento<br />

fundamental.<br />

El acercamiento a lo que suponía <strong>la</strong> técnica fotográfica nos <strong>de</strong>be hacer, por una parte, valorar más<br />

aqui<strong>la</strong>tadamente <strong>la</strong>s pioneras incorporaciones a <strong>la</strong> Arqueología que <strong>de</strong>tectamos hacia 1860. Su carácter<br />

puntual será, en ocasiones, comprensible <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l notable esfuerzo que su inclusión significaba en <strong>la</strong><br />

época. Por otra parte, <strong>la</strong>s facilida<strong>de</strong>s que imperaban ya a finales <strong>de</strong>l siglo XIX son también comprensibles<br />

–y valorables– <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> progresiva presencia <strong>de</strong>l medio fotográfico 5 en nuestra cultura.<br />

LA INVENCIÓN DE LA FOTOGRAFÍA<br />

La revolución industrial fue el marco social, el di<strong>la</strong>tado proceso que posibilitó y contempló <strong>la</strong>s<br />

diversas experimentaciones que condujeron a <strong>la</strong> invención <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía. Podríamos caracterizar esta<br />

mentalidad, en lo que aquí nos ocupa, por su consi<strong>de</strong>rable confianza en <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que <strong>la</strong> humanidad<br />

avanzaba en un progreso uniforme y constante. Las máquinas eran <strong>la</strong> expresión física <strong>de</strong> este progreso,<br />

símbolo <strong>de</strong>l triunfo <strong>de</strong>l hombre, <strong>de</strong> su dominio <strong>de</strong> <strong>la</strong> técnica. Éste fue el ambiente en que surgió el nuevo<br />

método <strong>de</strong> registro <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad: <strong>la</strong> fotografía. Con un vocabu<strong>la</strong>rio perteneciente muchas veces a<br />

este valorado mundo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s máquinas, su historia, a diferencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> otros medios artísticos, está jalonada<br />

por los numerosos a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntos técnicos que experimentó (Frizot, 1994b, 91) y que <strong>la</strong> fueron transformando<br />

en una evolución aún hoy inconclusa.<br />

A partir <strong>de</strong>l momento en que <strong>la</strong> nueva técnica se anunció públicamente, en 1839, se inició un <strong>la</strong>rgo<br />

proceso para su reconocimiento como un medio diferente. Habría que esperar hasta 1859 cuando,<br />

en el Salón <strong>de</strong> <strong>la</strong> Industria <strong>de</strong> París, <strong>la</strong> fotografía pudo exponerse al <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong> pintura y el grabado<br />

(Frizot, 1994b, 94). Parale<strong>la</strong>mente se producía una fase <strong>de</strong> expansión, con <strong>la</strong> apertura <strong>de</strong> talleres <strong>de</strong> retratos<br />

para una cliente<strong>la</strong> acomodada proveniente <strong>de</strong> <strong>la</strong> burguesía <strong>de</strong> países como Francia, Gran Bretaña<br />

o Alemania 6 (Starl, 1994, 41). Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> nueva representación social que <strong>la</strong> fotografía posibilitó resultan<br />

comprensibles los barrocos fondos <strong>de</strong> muebles, tapices y esculturas, objetos que se incluían para<br />

mostrar –y representar– un <strong>de</strong>terminado nivel social.<br />

Des<strong>de</strong> los primeros años se produjeron intentos <strong>de</strong> p<strong>la</strong>smar, mediante <strong>la</strong> fotografía, amplias vistas<br />

panorámicas. Estas actuaciones se enmarcaban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> anterior tradición pictórica. Tempranos<br />

intentos fueron los <strong>de</strong> L. Suscipj, quien en 1841 realizó una vista panorámica <strong>de</strong> Roma a partir <strong>de</strong> ocho<br />

daguerrotipos. Poco <strong>de</strong>spués, en 1845, F. Martens construyó una cámara que permitía realizar tomas<br />

panorámicas <strong>de</strong> 150 grados <strong>de</strong> visión. En el mismo año, el alemán A. Schäfer logró reproducir los relieves<br />

<strong>de</strong> Borobudur gracias a más <strong>de</strong> 50 p<strong>la</strong>cas (Starl, 1994, 46).<br />

A pesar <strong>de</strong> estos tempranos intentos, el daguerrotipo presentaba muchos inconvenientes. Cada<br />

uno constituía un objeto único, ni positivo ni negativo, no pudiéndose reproducir más que transformándolo<br />

en grabados o dibujos. En <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s proyectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> época, los daguerrotipos<br />

no servían más que como preliminares a otras técnicas que pudiesen ser reproducidas por multiplicación<br />

(Starl, 1994, 47). Las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> F. Arago sobre <strong>la</strong> aplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía en <strong>la</strong> investigación arqueológica<br />

(1839) se veían, pues, coartadas por estas limitaciones técnicas. A<strong>de</strong>más, aspectos como el<br />

elevado tiempo <strong>de</strong> exposición limitaban y <strong>de</strong>terminaban los temas a fotografiar. En su mayoría se trataba<br />

<strong>de</strong> vistas <strong>de</strong> arquitectura o paisajes don<strong>de</strong> seguían dominando los motivos clásicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> pintura y<br />

el grabado (Bouqueret, Livi, 1989, 205). La pesa<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los equipos junto con <strong>la</strong> dificultad y complejidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s tomas también condicionaban <strong>la</strong> movilidad <strong>de</strong> los fotógrafos. A<strong>de</strong>más, <strong>la</strong> lectura y contemp<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong>l daguerrotipo era difícil porque <strong>la</strong> superficie bril<strong>la</strong>ba y reflejaba <strong>la</strong> luz. Aspectos como éstos<br />

hacían que el artista limitase su producción a los retratos, un negocio mucho más lucrativo.<br />

5 Tanto en <strong>la</strong> edición impresa como en su creciente presencia en conferencias y c<strong>la</strong>ses mediante <strong>la</strong> proyección <strong>de</strong> diapositivas.<br />

6 La afición por los retratos se ha explicado porque <strong>la</strong> fotografía ofrecía <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> fundar una “historia” respetable <strong>de</strong>l pasado familiar.<br />

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