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GH24 CUBIERTA 2, page 1 @ Normalize - Real Academia de la ...

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La fotografía como documento para <strong>la</strong> Historia<br />

<strong>la</strong> orientación, <strong>la</strong> especie homínida representada parecía más primitiva o más mo<strong>de</strong>rna. Los estudios sobre<br />

el Nean<strong>de</strong>rthal comenzaron en 1856 con el <strong>de</strong>scubrimiento, en el valle <strong>de</strong> Nean<strong>de</strong>r (Düsseldorf) <strong>de</strong><br />

varios huesos y un cráneo <strong>de</strong> homínidos. Años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> este <strong>de</strong>scubrimiento, ciertas i<strong>de</strong>as sobre el<br />

Nean<strong>de</strong>rthal se habían convertido en supuestos enraizados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates sobre <strong>la</strong> antigüedad <strong>de</strong>l<br />

hombre. Este estado <strong>de</strong> cosas so<strong>la</strong>mente se alteraría por el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> dos esqueletos casi intactos<br />

en Spy (Bélgica) en 1886 y en Java <strong>de</strong> Pithecanthropus erectus en 1891 (Van Reybrouck, 1998, 58).<br />

Durante estos años, <strong>la</strong> Paleoantropología era una ciencia muy reciente. Así, sólo se conocían algunos<br />

fósiles humanos y no existía una tradición <strong>de</strong> ilustrarlos. Esto significaba que no existían <strong>la</strong>s convenciones<br />

estandarizadas que permitieran unificar estas representaciones. En este sentido, <strong>la</strong>s primeras décadas<br />

<strong>de</strong> investigación sobre los Nean<strong>de</strong>rthales lo fueron también sobre su representación iconográfica.<br />

Se trataba no sólo <strong>de</strong> cómo dibujar un fósil, sino <strong>de</strong> cómo <strong>de</strong>mostrar que el dibujo era exacto. Las convenciones<br />

<strong>de</strong>l dibujo técnico se inventaron, progresivamente, a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s décadas <strong>de</strong> 1860 y 1870<br />

(Van Reybrouck, 1998, 59). Durante <strong>la</strong> segunda mitad <strong>de</strong>l XIX, los dibujos técnicos se habían realizado,<br />

mayoritariamente, con <strong>la</strong> cámara lúcida 43 (Hammond, Austin, 1987). La cámara lúcida permitía realizar<br />

dibujos rápidos o esbozados con una perspectiva fiable pero no se podía obtener <strong>la</strong> <strong>de</strong>seada exactitud<br />

fotográfica. Así, comprobaciones actuales han mostrado cómo una distancia corta entre <strong>la</strong> cámara y<br />

el objeto provocaba una distorsión en <strong>la</strong> perspectiva. Al dibujar con <strong>la</strong> cámara lúcida Van Reybrouk concluyó<br />

que se podía dibujar el Nean<strong>de</strong>rthal tan avanzado o primitivo como se quisiera, alterando <strong>la</strong>s distancias<br />

o <strong>la</strong> orientación. En <strong>de</strong>finitiva, <strong>la</strong>s zonas más cercanas se agrandaban y <strong>la</strong>s <strong>de</strong> mayor tamaño se<br />

reducían. De esta forma, se exageraban ciertos aspectos en perjuicio <strong>de</strong> otros (Van Reybrouck, 1998,<br />

59). En suma, <strong>la</strong>s convenciones sobre los dibujos más antiguas otorgaron al Nean<strong>de</strong>rthal un arco supraciliar<br />

masivo y prominente, una fuerte frente y un pequeño cráneo con una baja bóveda craneana. Con<br />

estas tres convenciones, cualquier cráneo podía ser alterado <strong>de</strong> múltiples formas.<br />

Dependiendo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes convenciones existen multitud <strong>de</strong> maneras <strong>de</strong> hacer un dibujo correctamente:<br />

todas ocultan o minimizan ciertas partes mientras que <strong>de</strong>stacan o sobrevaloraban otras<br />

(Coineau, 1987; Van Reybrouck, 1998, 60). Los dibujos <strong>de</strong> este momento respondían al hecho <strong>de</strong> que<br />

los contemporáneos veían al Nean<strong>de</strong>rthal como un ser primitivo. Resulta difícil po<strong>de</strong>r establecer hoy<br />

si los dibujos arqueológicos se alteraban conscientemente o no. Al carecer <strong>de</strong> una tradición respecto a<br />

<strong>la</strong> representación, sin convenciones, cada investigador era libre <strong>de</strong> dibujar según sus expectativas. Con<br />

una manipu<strong>la</strong>ción consciente o no, quienes no habían podido ver el original recibían, mediante estos<br />

dibujos, una carga <strong>de</strong> salvajismo (Van Reybrouck, 1998, 62).<br />

Pese a todo, sí resulta c<strong>la</strong>ro que, en <strong>la</strong>s tempranas discusiones sobre los Nean<strong>de</strong>rthales, <strong>la</strong> distribución<br />

<strong>de</strong> los dibujos <strong>de</strong>sempeñó un papel fundamental. Los fósiles iban a ser conocidos, sobre todo, a través<br />

<strong>de</strong> estas representaciones ya que muy pocos tendrían <strong>la</strong> oportunidad <strong>de</strong> verlos. Los investigadores <strong>de</strong>l<br />

Nean<strong>de</strong>rthal crearon y utilizaron una cierta imagen <strong>de</strong> los cráneos y restos. Mediante <strong>la</strong>s sucesivas publicaciones<br />

esta imagen construida logró una amplia difusión. Lo que se estaba transmitiendo al resto <strong>de</strong><br />

investigadores no eran sólo unos dibujos, sino una opinión científica. Esta difusión sólo cambiaría a partir<br />

<strong>de</strong> 1883, con <strong>la</strong>s aportaciones <strong>de</strong> Mortillet. Hasta entonces, hubo un consenso general respecto a lo<br />

expuesto por estos primeros autores, fundamentado, en buena parte, en <strong>la</strong> imagen que habían difundido<br />

los primeros dibujos sobre el Nean<strong>de</strong>rthal. Así, <strong>la</strong> falta <strong>de</strong> teorías alternativas observables durante estos<br />

primeros años se <strong>de</strong>bió, en parte, a <strong>la</strong> falta <strong>de</strong> una documentación visual que proporcionase diversidad<br />

(Van Reybrouck, 1998, 63).<br />

En estos estudios, como en muchos otros <strong>de</strong> <strong>la</strong> época, <strong>la</strong>s fotografías, los dibujos y los vaciados reemp<strong>la</strong>zaron<br />

al objeto físico que se estudiaba. La transmisión <strong>de</strong> ciertas i<strong>de</strong>as se vio favorecida por <strong>la</strong> confianza<br />

concedida a instrumentos como <strong>la</strong> cámara lúcida. En efecto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes <strong>de</strong> <strong>la</strong> llegada <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía<br />

científica, <strong>la</strong> cámara lúcida se contemp<strong>la</strong>ba como un instrumento fiable y seguro. El anhelo impaciente<br />

<strong>de</strong>l positivismo por una “mechanical objectivity” se a<strong>de</strong>cuaba bien a <strong>la</strong> óptica <strong>de</strong> <strong>la</strong> cámara lúcida<br />

43 Este instrumento había llegado a convertirse en una ayuda para los científicos. En contra <strong>de</strong> lo que sucedía con <strong>la</strong> cámara oscura, en<br />

<strong>la</strong> cámara lúcida no existía una proyección <strong>de</strong> <strong>la</strong> imagen sobre el papel, sino que el dibujante <strong>de</strong>bía fijarse sólo en un reflejo.<br />

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