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Conclusiones<br />

En efecto, buena parte <strong>de</strong> los maestros pioneros <strong>de</strong> <strong>la</strong> arqueología españo<strong>la</strong> aprendieron <strong>la</strong> fotografía<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> mano <strong>de</strong> estudiosos extranjeros que recorrieron nuestras tierras al alba <strong>de</strong>l siglo XX: M.<br />

Gómez-Moreno y J. R. Mélida <strong>de</strong> E. Hübner; J. Cabré <strong>de</strong> H. Breuil; P. Bosch Gimpera en Alemania;<br />

A. García y Bellido <strong>de</strong> G. Ro<strong>de</strong>nwalt y H. Obermaier; C. Mergelina <strong>de</strong> J. Bonsor y P. Paris, etc. Po<strong>de</strong>mos<br />

imaginar los primeros viajes, <strong>de</strong> E. Hübner y L. Heuzey, o <strong>la</strong>s primeras misiones <strong>de</strong> A. Engel y P.<br />

Paris, concebidas ambas con <strong>la</strong> cámara fotográfica, y <strong>la</strong> impresión que provocaban en sus contemporáneos<br />

españoles. Éste fue el marco en que, por ejemplo, M. Gómez-Moreno atendía y aprendía <strong>de</strong> E.<br />

Hübner, durante los viajes <strong>de</strong>l alemán a España. La fotografía fue, entonces, uno más <strong>de</strong> los intercambios<br />

producidos en el marco <strong>de</strong> estos estudios <strong>de</strong> extranjeros en España. Se divulgaron, también, otras<br />

técnicas o metodologías, como el dibujo, los calcos, los vaciados, <strong>la</strong> toma <strong>de</strong> medidas o <strong>la</strong> atención por<br />

el dato exacto. El aprendizaje <strong>de</strong> todas el<strong>la</strong>s estuvo durante mucho tiempo unido, al igual que el <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

fotografía, a <strong>la</strong> estrecha re<strong>la</strong>ción maestro-discípulo mantenida hasta un momento avanzado <strong>de</strong>l siglo<br />

pasado.<br />

Este ambiente <strong>de</strong> transmisión personal nos lleva a consi<strong>de</strong>rar otro aspecto fundamental: el grado<br />

<strong>de</strong> apoyo institucional o estatal hacia lo que eran <strong>la</strong>s nuevas técnicas <strong>de</strong> <strong>la</strong> práctica científica. Al valorar<br />

este siglo <strong>de</strong> arqueología españo<strong>la</strong> que abarca nuestro estudio (1860-1960), así como <strong>la</strong>s diversas iniciativas<br />

a favor <strong>de</strong> <strong>la</strong> catalogación e investigación <strong>de</strong>l patrimonio, <strong>de</strong>stacamos algunas aplicaciones y<br />

proyectos pioneros. En el fondo, <strong>la</strong>s actuaciones ten<strong>de</strong>ntes a incorporar <strong>la</strong> fotografía, incluso los proyectos<br />

institucionales, fueron en España bastante <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> un reducido número <strong>de</strong> personas<br />

que, en <strong>de</strong>terminados momentos, llegaron a ocupar cargos que les permitieron <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rlos. Sus actuaciones<br />

y logros alcanzan, en este ambiente <strong>de</strong> intermitente apoyo institucional, un especial valor.<br />

Convencidos individualmente <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong>l documento fotográfico fomentaron, a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> su vida,<br />

su mayor presencia en el trabajo <strong>de</strong> los historiadores y arqueólogos, en el estudio y divulgación <strong>de</strong>l patrimonio.<br />

Diferentes circunstancias hicieron que, al contrario <strong>de</strong> lo que constatamos en otros países, estas<br />

iniciativas no tuviesen el seguimiento institucional y <strong>la</strong> continuidad <strong>de</strong>seada y <strong>de</strong>pendiesen siempre<br />

<strong>de</strong> proyectos que cesaban al cabo <strong>de</strong> algunos años. Otras circunstancias, como los problemas presupuestarios<br />

o los cambios tras <strong>la</strong> Guerra Civil, hicieron que algunas <strong>de</strong> estas iniciativas –como el fichero<br />

<strong>de</strong> arte antiguo <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Históricos– se vieran interrumpidas. De todo ello extraemos<br />

una característica fundamental: <strong>la</strong> irregu<strong>la</strong>ridad <strong>de</strong> <strong>la</strong> aplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía en España, <strong>la</strong> ausencia<br />

<strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nificación científica a medio o <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo y <strong>la</strong> discontinuidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s interesantes iniciativas<br />

que surgieron.<br />

Manteniendo <strong>la</strong> perspectiva <strong>de</strong> cómo se incorporó <strong>la</strong> fotografía en otros países <strong>de</strong>l entorno europeo<br />

no po<strong>de</strong>mos menos que seña<strong>la</strong>r ciertas diferencias significativas. En España <strong>de</strong>stacaría <strong>la</strong> convivencia<br />

<strong>de</strong> ciertas iniciativas pioneras con usos entendibles <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una tradición anticuaria. El impulso<br />

<strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los más importantes proyectos estuvo unido a <strong>la</strong> llegada <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacadas personalida<strong>de</strong>s a<br />

ciertos cargos <strong>de</strong> <strong>la</strong> administración o el gobierno. Así, Juan Facundo Riaño impulsó el Catálogo Monumental<br />

y Artístico <strong>de</strong> <strong>la</strong> Nación, finalmente aprobado bajo el gobierno liberal <strong>de</strong> Canalejas. En su enunciado<br />

(1900) se resaltaba ya el auxilio indispensable <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía y <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> su inclusión en el<br />

proyecto. Parale<strong>la</strong>mente, otros proyectos no pudieron culminarse. Entre ellos podríamos <strong>de</strong>stacar el<br />

muy temprano intento, en los años 70 <strong>de</strong>l siglo XIX, <strong>de</strong> realizar un primer catálogo fotográfico <strong>de</strong>l<br />

Museo Arqueológico Nacional que, <strong>de</strong>sgraciadamente, no llegó a ver <strong>la</strong> luz. En efecto, en 1871 el conocido<br />

editor José Gil Dorregaray pidió permiso al Ministerio <strong>de</strong> Fomento para publicar, mediante<br />

cromolitografías, todos los objetos <strong>de</strong> dicho museo (VV.AA., 1871). Otro notable impulso lo efectuó<br />

el historiador <strong>de</strong>l arte R. <strong>de</strong> Orueta cuando accedió al cargo <strong>de</strong> Director General <strong>de</strong> Bel<strong>la</strong>s Artes, en<br />

1931. Gracias a ello, logró impulsar el taller fotográfico <strong>de</strong>l Museo Arqueológico Nacional y <strong>la</strong> creación<br />

<strong>de</strong>l fichero <strong>de</strong> Arte Antiguo <strong>de</strong>l CEH. Pero condiciones específicas <strong>de</strong> nuestro <strong>de</strong>sarrollo político, como<br />

<strong>la</strong> Guerra Civil y los cambios que supuso, ayudan a compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> discontinuidad en el apoyo a ciertos<br />

proyectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida científica.<br />

Estas circunstancias específicas <strong>de</strong>l caso español nos hacen valorar, aún más, ciertas iniciativas personales,<br />

ya fuese aprovechando un cargo institucional o inaugurando archivos como fue el caso <strong>de</strong><br />

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