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GH24 CUBIERTA 2, page 1 @ Normalize - Real Academia de la ...

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Conclusiones<br />

La reproducción en tres dimensiones o vaciado también cambió en los primeros años <strong>de</strong>l siglo<br />

XX. Aparecieron nuevos factores, como una nueva y exaltada valoración <strong>de</strong>l original por encima <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

copia. Poco a poco aquel mecanismo <strong>de</strong> reproducción basado en el mol<strong>de</strong> pasó a cumplir otras funciones<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> muestras y recreaciones: en <strong>la</strong> investigación arqueológica resultaba ya, fundamental, una<br />

toma <strong>de</strong> datos a partir <strong>de</strong>l original.<br />

Al mismo tiempo, <strong>la</strong> aparición y <strong>la</strong>s características que se otorgaban a <strong>la</strong> fotografía hicieron que<br />

el papel <strong>de</strong>l dibujo en arqueología se transformara. De ocupar toda <strong>la</strong> ilustración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras, <strong>de</strong> ser el<br />

único acompañante <strong>de</strong>l viajero, pasó a ser objeto <strong>de</strong> críticas y sospechoso <strong>de</strong> inexactitud, <strong>de</strong> los errores<br />

que aparecían en los estudios arqueológicos. A pesar <strong>de</strong> algunas opiniones que han argumentado cómo<br />

el dibujo pasó a tener, en a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, una escasa importancia creemos que existió, más bien, una re<strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> ambas técnicas en <strong>la</strong> representación arqueológica. Comenzaron, entonces, a hacerse<br />

usuales <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, alzados, los dibujos técnicos <strong>de</strong> diferentes piezas: el dibujo se hacía más técnico,<br />

menos susceptible <strong>de</strong> sospechas. Sus nuevas convenciones podían, a<strong>de</strong>más, p<strong>la</strong>smar una información<br />

diferente: ampliaban el lenguaje <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía y permitían expresar, entre otros, ciertos aspectos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

síntesis y el análisis <strong>de</strong>l investigador.<br />

Esta adaptación entre ambas técnicas, dibujo y fotografía, no ha terminado, sino que continúa en<br />

un proceso abierto susceptible <strong>de</strong> remo<strong>de</strong><strong>la</strong>ciones y sucesivas <strong>de</strong>finiciones conforme se transforma <strong>la</strong><br />

propia práctica arqueológica. Resulta, así, interesante examinar cómo, en <strong>la</strong> actualidad, se prefiere el dibujo<br />

ante ciertas circunstancias. La ausencia <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> reproducción parece dar a esta<br />

técnica una interesante vitalidad sobre <strong>la</strong> fotografía, que sí paga este canon internacional. Este diferente<br />

tratamiento ante los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> reproducción resulta, a su vez, sumamente significativo. El hecho<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong> fotografía <strong>de</strong>ba pagar y el dibujo que<strong>de</strong> exento parece remitir, una vez más, a <strong>la</strong> antigua consi<strong>de</strong>ración<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong> fotografía supone una traducción más fiel <strong>de</strong>l original, mientras que el dibujo significa<br />

una interpretación <strong>de</strong>l mismo.<br />

En cualquier caso, en nuestro trabajo ha resultado <strong>de</strong> gran interés intentar <strong>de</strong>terminar cuándo se produjo<br />

esta re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l dibujo que provocó <strong>la</strong> llegada <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía. Examinar su pau<strong>la</strong>tina evolución<br />

hacia <strong>la</strong>s pautas actuales es indicativo, también, <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> adopción <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía y <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción que<br />

se estaba estableciendo entre ambas técnicas. El dibujo tradicional <strong>de</strong> los materiales cerámicos en <strong>la</strong>s publicaciones<br />

y estudios arqueológicos se había basado en una representación <strong>de</strong> tipo “sintético”, que reproducía<br />

el objeto tal cual se veía, proporcionando una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l volumen <strong>de</strong>l mismo. Este dibujo estaba c<strong>la</strong>ramente<br />

unido a <strong>la</strong> tradición pictórica y anticuaria que había orientado <strong>la</strong>s primeras representaciones <strong>de</strong> los<br />

objetos antiguos. Con el objetivo <strong>de</strong> reproducir <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> volumen –por ejemplo, en los vasos cerámicos–<br />

el dibujo generalmente incluía <strong>la</strong> boca <strong>de</strong> <strong>la</strong> pieza, en una perspectiva ligeramente superior respecto a su altura<br />

media. De esta forma se representaba el volumen <strong>de</strong>l objeto. Contra esta aproximación, que se siguió<br />

también en <strong>la</strong> fotografía <strong>de</strong> objetos, se pronunció el investigador británico J. Beazley (1957, 25). Estas tomas<br />

<strong>de</strong>sfiguraban <strong>la</strong> proporción y dificultaban los estudios consiguientes que <strong>la</strong> tomaban como base.<br />

El propio <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los estudios arqueológicos hizo ver <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> establecer convenciones<br />

en el dibujo que permitiesen apuntar más datos. Su evolución hacia <strong>la</strong>s convenciones actuales pue<strong>de</strong><br />

verse como una consecuencia <strong>de</strong> varios factores. Por una parte, <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> mostrar, mediante el<br />

dibujo, todos los datos posibles sobre el objeto. P<strong>la</strong>smar c<strong>la</strong>ramente <strong>la</strong>s formas era fundamental para establecer<br />

tipologías. Por otra, esta transformación hacia un dibujo más técnico pue<strong>de</strong> verse como una<br />

consecuencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dudas que <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía había provocado. Los recordatorios sobre los<br />

errores que algunos dibujos habían introducido propiciaron una pau<strong>la</strong>tina transformación <strong>de</strong> sus pautas,<br />

adoptando mecanismos que le otorgaban una mayor credibilidad. En este sentido, resulta ejemp<strong>la</strong>r<br />

<strong>la</strong> adopción <strong>de</strong> convenciones proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> arquitectura. En ciertos países, esta evolución <strong>de</strong>l dibujo<br />

parece haberse operado muy pronto. Hemos examinado, así, <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> dibujos <strong>de</strong> materiales<br />

con secciones ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s memorias <strong>de</strong> Samotracia <strong>de</strong> A. Conze (1875). A partir <strong>de</strong> este último tercio<br />

<strong>de</strong>l siglo XIX se iría generalizando un dibujo más técnico, con secciones e indicaciones <strong>de</strong> diámetro.<br />

En España este tipo <strong>de</strong> dibujo tardó bastante en aparecer. La tardía generalización <strong>de</strong> <strong>la</strong> fotografía<br />

tuvo bastante que ver en este proceso. A partir <strong>de</strong> <strong>la</strong> base <strong>de</strong> datos que hemos realizado sobre los dibujos<br />

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