07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

No son, pues, los bienes temporales principales y definitivos,<br />

sino secundarios y pasajeros, socorros que nos ayudan a<br />

caminar hacia la bienaventuranza, en cuanto que conservan la<br />

vida temporal y nos sirven de instrumentos para practicar la<br />

virtud. Con tal que los estimemos como objeto secundario y no<br />

como objeto principal de nuestra solicitud, es perfectamente<br />

legítimo desearlos, pedirlos en la oración, buscarlos con una<br />

moderada aplicación, pensar aun en el porvenir, en la medida<br />

de la necesidad y en el tiempo conveniente. Mas nuestra<br />

solicitud es excesiva y culpable, si en lugar de usar estos<br />

bienes según la necesidad, llegamos hasta considerarlos<br />

como nuestro fin; si cuidamos de lo temporal hasta el punto de<br />

descuidar lo espiritual, si tememos carecer de lo necesario,<br />

aun haciendo lo que debemos, pues, en este caso, es preciso<br />

contar con la Providencia. La comida, la bebida, el vestido,<br />

son cosas de primera necesidad, y respecto a ellas Nuestro<br />

Señor no condena en manera alguna el cuidado moderado<br />

que induce al trabajo, pero destierra la solicitud excesiva que<br />

va hasta la inquietud; termina diciéndonos que busquemos<br />

ante todo los bienes espirituales, con la firme seguridad de<br />

que los bienes temporales nos serán dados por añadidura y<br />

conforme a la necesidad, si es que hacemos lo que está de<br />

nuestra parte.<br />

«Aun prohibiendo que nos inquietemos por los bienes<br />

temporales como los gentiles, porque Nuestro Padre Celestial<br />

sabe de qué cosas tenemos necesidad, Nuestro Señor añade<br />

expresamente: "Buscad primero el reino de Dios". Con esto<br />

quiere el divino Maestro excitar en nosotros los buenos<br />

deseos para los que sentimos pesadez, y amortiguar los<br />

deseos de los sentidos para los que somos sensibles por<br />

demás. Quiere también enseñarnos a hacer distinción entre<br />

los bienes que es necesario pedir de un modo absoluto, como<br />

lo son "el reino de Dios y su Justicia", y los que se han de<br />

pedir tan sólo bajo condición y si Dios los quiere.<br />

»Más todavía, Jesucristo mismo nos ha enseñado a decir:<br />

El pan nuestro, palabras que entre otros sentidos han<br />

significado siempre la petición de los bienes temporales. (La<br />

Iglesia ha hecho lo mismo en sus Letanías y su Liturgia.) El<br />

perfecto espiritual no excluye esta petición del número de las<br />

105

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!