07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

natural ardiente y por la novedad del camino, convirtiéndosele<br />

todo en dificultad y motivo de inquietud. Mas su<br />

bienaventurado Padre la tranquilizaba enseñándola: «que la<br />

quietud en que la voluntad obra impulsada por una simple<br />

aquiescencia al divino beneplácito, es una quietud<br />

sobremanera excelente, por lo mismo que está exenta de toda<br />

especie de interés». Y porque la Santa siguiese sin temor el<br />

movimiento de la gracia, «contentándose con no tener otra<br />

satisfacción que la de carecer de toda alegría por amor y por<br />

agradar a Dios, anímala con la tan conocida parábola: Si un<br />

escultor hubiese colocado en la galería de un príncipe una<br />

estatua, que estuviese dotada de entendimiento, y supiese<br />

hablar y discurrir, y se la preguntara: Dime, hermosa estatua,<br />

¿por qué estás en este lugar?, respondería: porque mi dueño<br />

me ha colocado aquí. Y si se replicase: Pero, ¿qué haces ahí<br />

sin hacer nada?, diría: porque mi dueño quiere que me esté<br />

aquí inmóvil. Y si de nuevo se la instase diciendo: pero, ¿de<br />

qué te sirve estar de ese modo?, y además, ¿de qué provecho<br />

sirves? ¡Oh, Dios mío!, respondería; no estoy aquí para mi<br />

servicio, sino para servir y obedecer a la voluntad de mi<br />

dueño. - Mas tú no le ves. - No, respondería ella, pero él sí me<br />

ve y gusta de que esté donde él me ha puesto. - Y ¿no te<br />

gustaría tener movimiento para acercarte más a él? - No, a<br />

pesar de que me lo mandase. - Entonces no deseas nada. -<br />

No, porque yo estoy donde mi dueño me ha colocado, y su<br />

voluntad es el único contentamiento de mi ser. - ¡Qué buena<br />

oración, hija mía, es conservarse en la voluntad de Dios y en<br />

su beneplácito!» Con todo, «en este estado pasivo, Santa<br />

Juana de Chantal no dejaba de obrar en ciertos momentos, en<br />

que Dios retiraba su operación o la excitaba a ello; mas sus<br />

actos eran siempre cortos, humildes y amorosos». Esta<br />

dirección era prudentísima, y muy provechosa esta ocupación,<br />

«ya que después de uno o dos años en esta oración pasiva,<br />

viose inmediatamente a la Madre Chantal con luces para ella<br />

hasta entonces desconocidas, con sentimientos de una<br />

profundidad admirable acerca de Dios de ella misma, de las<br />

criaturas; con un ardor de celo, un abandono en la divina<br />

voluntad, con un desprecio de las cosas de acá abajo, con no<br />

sé qué sed de humillaciones que a todos maravillaba».<br />

310

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!