07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ayuno aun en la Cuaresma, y hasta durante la noche se la<br />

obligaba a tomar algo para poder sostenerse, o cuando el<br />

Oficio era demasiado largo. Humillábase al verse sometida a<br />

tales necesidades, quejábase de no poder hacer las<br />

reverencias del coro, sentíase inclinada a rehusar los<br />

alimentos que la ofrecían, y Nuestro Señor enseñóla a recibir<br />

todo como venido de su mano, a servirse de estos alivios para<br />

su adelantamiento espiritual. Una cosa la afligía, y era fa<br />

molestia que causaba a sus compañeras, ¡servíanla éstas con<br />

tanto afecto...! Y ella, ¿no les pagaba en justo retorno con sus<br />

incesantes oraciones, sus consejos sobrenaturales y sus<br />

fraternales avisos? Felices enfermedades que la procuraron<br />

entre otros bienes la dicha de vivir toda para Dios en la<br />

contemplación, sin las que quizá no tendríamos sus escritos<br />

llenos de unción tan penetrante.<br />

Pudiéramos citar otros muchos ejemplos tomados de la<br />

hagiografía de nuestra Orden, que nos mostrarían cómo las<br />

enfermedades, lejos de ser obstáculo que cierra el camino,<br />

son por el contrario un sendero que lleva a la santidad. Los<br />

enfermos fervorosos caminan, corren, vuelan hacia el blanco<br />

de sus deseos, según el grado de sus disposiciones. Los<br />

malos enfermos no hacen lo mismo, pero hay que atribuirlo<br />

solamente a su falta de valor y de sumisión.<br />

Concluyamos con una palabra del Padre Saint-Jure a<br />

propósito de la convalecencia. «Es, dice, uno de los<br />

momentos más peligrosos de la vida, porque se está<br />

constreñido, a pesar de conocerlo, a conceder algo a la<br />

naturaleza, a tratarla con más suavidad con el fin de<br />

restablecer las fuerzas, lo que hace que se emancipe y se<br />

relaje con facilidad; déjase llevar por la gula, procúrase gustos<br />

bajo pretexto de necesidad, entrégase a la ociosidad bajo el<br />

pretexto de debilidad, a la negligencia en la oración y en los<br />

ejercicios de piedad por miedo de fatigarse, a pasatiempos y<br />

recreaciones pueriles para descansar, como si el cuidado de<br />

recobrar la salud diese libertad de ver, oír, o decir todo lo que<br />

se ofrece. Y como el espíritu no está ocupado, llénase<br />

fácilmente de mil pensamientos inútiles que le distraen. Todos<br />

estos males acontecen a quien no vigila con cuidado sobre si<br />

mismo.» Y sin embargo, la única máxima que debe seguirse<br />

146

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!