07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

jamás tendréis éxito en la vida interior?»<br />

Es cierto también que hemos de tener un inmenso horror al<br />

pecado y la más exquisita vigilancia para huir de él; empero,<br />

no se ha de confundir la tentación con el pecado. Aun los<br />

asaltos más persistentes, la rebelión de las pasiones, las<br />

repugnancias y las inclinaciones violentas, las imaginaciones,<br />

las impresiones, todo esto puede muy bien no tener lugar sino<br />

en la parte inferior del alma sin consentimiento alguno libre de<br />

la parte superior, y por ende sin culpa alguna, y hasta puede<br />

ser muy meritorio. Cuando la tentación no es fuerte se conoce<br />

muy bien que, lejos de consentir, se la rechaza. No sucede lo<br />

mismo «cuando Dios permite que la tentación llegue a ser<br />

violenta, pues, a causa de las violentas agitaciones<br />

involuntarias en la parte inferior, la superior, experimenta no<br />

pequeña dificultad en discernir sus propios movimientos, y se<br />

queda con grandes temores y perplejidades de haber<br />

consentido. No es necesario más para envolver a las almas<br />

buenas en las penas y espantosos remordimientos, que Dios<br />

permite para probar su fidelidad. En esto, más aún que en<br />

todo lo demás, deben seguir ciegamente el parecer de los que<br />

las dirigen. Un confesor, que juzga con serenidad y sin<br />

turbación, discierne mejor la verdad. Conoce la disposición<br />

habitual de esas almas, la delicadeza de su conciencia, su<br />

generosidad manifiesta; por este motivo, la aguda pena que<br />

experimentan después de la tentación, su excesivo temor de<br />

haber consentido, son para el confesor una prueba evidente<br />

de que no han prestado el menor consentimiento pleno y<br />

deliberado, pues no se pasa tan pronto de un supremo horror<br />

al mal a su entera aceptación, y más sin advertirlo; y, por otra<br />

parte, sabemos por experiencia que las personas que<br />

sucumben no tienen ni estos temores. Cuanto mayores sean<br />

unas y otras, más cierta es la garantía que resulta en favor de<br />

la persona tentada». El temor de estar enemistado con Dios<br />

es una pena extremadamente dura para las almas amantes.<br />

Sucede, empero, que Dios quiere conservarlas en ella a fin de<br />

purificarías, crucificándolas y consolándolas<br />

momentáneamente por la seguridad que las da su director; a<br />

la tentación siguiente volverán a caer en las mismas<br />

perplejidades por todo el tiempo que Dios tenga a bien<br />

283

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!