EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

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espera «sobre la cruz», cuando después de haber dejado todo por el amor y la obediencia de su Padre, fue como dejado y abandonado de El; y empujada su barca a la desolación por el torrente de las pasiones, apenas sentía la brújula de su vida, que, sin embargo, no sólo miraba a su Padre, sino que le estaba inseparablemente unida; cosa que la parte inferior ni sabía ni de ella se apercibía, ensayo que la divina Providencia jamás ha hecho ni hará en ninguna otra alma, pues no lo podría soportar. Para mostrarnos lo que podemos y debemos hacer cuando nuestras penas llegan a su colmo, quejóse filialmente a su Padre: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Mas apresúrase a añadir con todas sus fuerzas y con la más amorosa sumisión: «Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu», dando así a su Padre y a nosotros el supremo testimonio de su amor, «muriendo en el amor, por el amor, para el amor y de amor». Al mismo tiempo, nos enseña -«cuando nuestros males están en su apogeo, y mientras las convulsiones de las penas espirituales nos quiten cualquiera otro género de alivios y de medios de resistir- a poner nuestro espíritu en manos de Aquel que es nuestro verdadero Padre, y, bajando la cabeza de nuestra aquiescencia a su beneplácito, a entregarle toda nuestra voluntad». Este continuo abandono de niño pequeño se ha dignado Nuestro Señor extenderlo a toda suerte de peñas y pruebas, pues «fue afligido en su vida civil, condenado como un criminal de lesa majestad divina y humana y atormentado con extraordinaria ignominia; en su vida natural, muriendo entre los más crueles y sensibles tormentos que se pueden imaginar; en su vida espiritual, sufriendo tristezas, temores, espantos, angustias, abandonos y aflicciones interiores, que jamás encontrarán semejante»; y todo con entera y sumisa voluntad. «Pues aunque la parte superior de su alma estuviera soberanamente gozosa de la gloria eterna, el amor impedía a esta gloria difundir sus delicias y sentimientos, tanto en la imaginación, como en la parte inferior, dejando así el corazón a merced de la tristeza y angustia.» De esta suerte nos da ejemplo para que aceptemos con corazón magnánimo y sin rechazarlas jamás esas mil pruebas 98
del orden natural o espiritual, de que nos resta hacer una rápida exposición. 99
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DOM VITAL LEHODEY EL SANTO ABANDONO
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1. Naturaleza del Santo Abandono 1.
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nuestro personal provecho? Dios no
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perfección, toda la santidad consi
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conocer su voluntad por las reglas
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prosperidad, en una palabra, en tod
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teologales o morales, nos es precis
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tesoro de méritos y santidad. Obse
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anticipado. Toda la perfección del
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«Y a la verdad, siendo Dios mismo
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pasos, pero hacia atrás. Dos cosas
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abrazan la cruz con ardor, y esta p
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precisa mucho más para hacer posib
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aduciendo el ejemplo de un moribund
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Bondad; haced de mí lo que os plaz
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desmaya por falta de fuerzas y de
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vicio obstinado y rebelde, preserva
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impone forman la trama de nuestra v
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haga cada vez más pequeña.» Y de
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está allí, muy cerca de nosotros,
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por ende un motivo de moderar sus d
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agradable, no llegaríamos a perder
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mucho distaba de ser un genio, pero
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de tomarse libertades y de contenta
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la falta de virtud. No hay oficio b
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los deberes y dificultades del empl
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Con todo, su primer cuidado era dir
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absoluta pureza de intención. La h
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ejercicios de piedad, los progresos
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sufrir en silencio cualquier mortif
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señal de la verdadera humildad, fu
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quejamos cuando Dios nos envía la
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de Sales-; empero ser reprendido, a
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llenos de calumnias; hízolo, sin e
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alfombra se deja maltratar sin quej
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vindicar su doctrina del abuso que
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de la gloria. La una pasa luchando
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contando todos con lo suficiente y
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cesar, contentándonos, sin embargo
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intervenciones extraordinarias de D
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ofrecerá su gracia, nos recompensa
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contemplativa no soporta el apostol
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en el orden espiritual y que Dios n
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Esta prueba es mucho más dolorosa
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sobre los nuestros y sobre nuestras
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«Mi alimento, os dirá, es hacer l
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empresa había fracasado ante los h
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En una palabra, todas nuestras empr
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sentimiento no es el criterio más
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sería el peor de los castigos. Por
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preciso adorar, amar y alabar para
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quien nos pone en la prueba, El nos
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misma. Quítales toda la libertad d
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por el orgullo, pero la tentación
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Que la tentación es horrible, que
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perdido sus atractivos, la oración
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virtud, y todo se hace en paz y tra
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sujeta a no pocos defectos, imperfe
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infructuoso que seca nuestra alma,
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arredrar por la fatiga. Evidentemen
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nuestras oraciones, que nos parecen
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menos en el fondo de vuestro coraz
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subterráneo en que me ha hecho ent
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angustias las que precisamente debi
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Artículo 3º.- Las impotencias de
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místicas. Al intento nos hará sup
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que Dios nos destinaba. Es, pues, n
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excelente que, después de haber si
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mortifica, estimula su actividad es
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cosas, uniéndonos más estrechamen
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Además, en todas las pruebas, como
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manera clara y formal. En el P. de
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jamás tendréis éxito en la vida
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hablamos, tan miserable en aparienc
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con el mortal; juzga con sano juici
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voluntad buena y sincera, pero extr
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pecado a fin de que arroje por comp
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azón: « El punto capital -en los
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como nadie ignora, coima de los má
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ofrecen peligros, mas velemos por n
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desobediencia, ¿podrá darse todo
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es mucho menos de lo que comúnment
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embargo, en ella una época de tran
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corazón y de su voluntad para que
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divino. Sin embargo, la falta de es
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Dijo un día Nuestro Señor a Santa
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de que el Espíritu Santo quisiera
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Pero semejante deseo necesita templ
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el contrario, si llegamos a él, ¿
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somete a todo lo que manda... Ahí
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grado a que han llegado nuestras co
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personal. La pasividad será mucho
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exteriores, sobre todo cuando he de
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con bastante frecuencia algunas que
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que yo sabré hallar todos los medi
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ofetadas, y les hace sufrir en el f
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perdido para él. En estos momentos
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4. Excelencias y frutos del Santo A
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tendrá esta cruel indulgencia. «H
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oración en lugar de las luces que
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por las incertidumbres en que nos c
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también la unión del alma con Dio
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mil veces por día, con más ardor
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tierna Madre, porque echaba de ver
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palabra, nos vemos elevados por enc
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desdichada». Mas, a medida que se
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el prójimo. Veíasele en estas oca
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turbación que llega al fondo del a
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confianza, muere en el amor y en la
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azón que ella pone en primer térm
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produce desde luego efectos saludab
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enfermedades espirituales, las tent
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dispuesta a padecer cualquier pena
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entrego por completo a Vos; os entr
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6. Del abandono en los bienes esenc
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