07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

esto que él asegurara la libertad y que proporcionara la paz;<br />

porque, ¿de qué proviene el regocijo sino de ser uno libre y<br />

estar tranquilo en la libertad? Por el contrario, sin la libertad y<br />

la paz, ¿qué alegría se puede gustar ni aun concebir?»<br />

¿Queréis saber un secreto para estar constantemente<br />

alegres? Digo un secreto, porque todos desean la alegría,<br />

¡cuán pocos la encuentran! Ahora bien: el mejor secreto para<br />

conseguirla y conservarla, un secreto verdaderamente infalible<br />

es el Santo Abandono. ¿Cómo así? Las almas que no son<br />

devotas del Santo Abandono tienen todavía muy poca fe,<br />

confianza y amor, para gustar la alegría en la tribulación;<br />

aquéllas empero que han llegado a la perfecta conformidad<br />

tienen una fe viva, una esperanza firme, una caridad<br />

generosa. Han aprendido a ver en los menores<br />

acontecimientos a su Padre Celestial, al Salvador, al Amigo, al<br />

Esposo, al Amado, enteramente ocupado en santificarías. Le<br />

han dado sin reserva su confianza y su amor. ¿No es El dueño<br />

soberano de los acontecimientos? Al combinarlos, ¿podrá<br />

olvidar su carácter de Padre y Salvador? Todo será, pues,<br />

para bien de su alma, con tal que ellas le permanezcan<br />

filialmente sumisas. ¿Cómo no han de estar alegres? En los<br />

seis días de la creación, Dios contempla las obras de sus<br />

manos; las encuentra perfectas y hasta excelentes, y por eso<br />

las mira con una alegre satisfacción. «De igual manera resulta<br />

en el alma que a Dios se abandona, no sé qué efusión de esta<br />

alegría divina, porque el fondo de su abandono es<br />

precisamente la aprobación amorosa que ella da de todo lo<br />

que hace y quiere, y la complacencia que ella experimenta en<br />

todo cuanto Dios dispone.»<br />

«Esta es la causa de aquella paz y alegría perpetua -dice<br />

el P. Rodríguez- con que leemos andaban siempre aquellos<br />

antiguos santos: un San Antonio, un Santo Domingo, un San<br />

Francisco y otros semejantes. Y lo mismo leemos de nuestro<br />

bienaventurado Padre Ignacio, y lo vemos ordinariamente en<br />

los siervos de Dios. ¿Por ventura carecían de trabajos<br />

aquellos santos? ¿No tenían tentaciones y enfermedades<br />

como nosotros? ¿No pasaban por ellos varios y diversos<br />

sucesos? Si, por cierto, y más dificultosos que por nosotros;<br />

porque a los más santos les suele Dios probar y ejercitar mas.<br />

358

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!