07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

virtudes, y a los que, lejos de detenerse en el camino,<br />

marchan con ardor siempre nuevo hacia el feliz término de sus<br />

deseos. La Santa exige sobre todo «humildad, humildad,<br />

puesto que por ésta se deja vencer el Señor y cede a todos<br />

nuestros deseos». Sin duda, esta oración es sobrenatural, y<br />

Dios, dueño siempre de sus bienes, no nos conduce a todos<br />

por un mismo camino. Sin embargo, « sea el alma humilde y<br />

despegada de todo, pero que lo sea de verdad, y no de pura<br />

imaginación que con frecuencia engaña, y el divino Maestro le<br />

concederá, sin duda, no sólo esta gracia, sino muchas otras<br />

también que sobrepasan sus deseos». San Juan de la Cruz<br />

tiene idéntico modo de pensar.<br />

De hecho, por poco que se hojeen los Exordios de Císter,<br />

nuestro Menelogio y los Sermones de nuestro Padre San<br />

Bernardo, se llega pronto al convencimiento de que la mística<br />

ha tenido magnífico desarrollo en nuestra Orden durante<br />

muchos años y siglos. Otro tanto sucedió entre los hijos del<br />

Pobre de Asís, en el Carmelo, en la Visitación, y en todas las<br />

familias religiosas, mientras han conservado el fervor primitivo,<br />

especialmente entre las contemplativas y de vida claustral.<br />

Santa Teresa afirma que apenas había en sus casas una<br />

religiosa que marchase por los caminos de la meditación; las<br />

otras, son todas elevadas a la contemplación perfecta. Declara<br />

Santa Juana de Chantal que «el atractivo casi general de las<br />

Hijas de la Visitación es por una secillísima presencia de Dios<br />

y un entero abandono»; lo que no es ya de la oración<br />

ordinaria, y lo cual no es de extrañar, dado que el medio<br />

ambiente era ideal. Mas declara Scaramelli después de treinta<br />

años de misión, «que ha encontrado por todas partes algunas<br />

almas a las que Dios conducía por estos caminos místicos a<br />

una elevada santidad». En nuestros días, como en los siglos<br />

pasados, la experiencia demuestra que Dios se ha reservado<br />

no pocas almas a las que favorece con sus más preciosos<br />

dones; las hay hasta en el mundo, y en las comunidades<br />

religiosas. Esto no lo alcanzará la mayoría de las almas; la<br />

muchedumbre quedará siempre en el valle, un buen número<br />

subirá las primeras pendientes, y sólo una parte escogida<br />

ganará las cumbres. La oración mística será, pues, muy rara<br />

en sus grados superiores, pero en sus primeros escalones lo<br />

302

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!