07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Majestad. Pero también, hecho esto, esperad con entera<br />

resignación el efecto que Dios quiera otorgar. Si es de su<br />

agrado que los remedios venzan al mal, se lo agradeceréis<br />

con humildad, y si le place que el mal supere a los remedios,<br />

bendecidle con paciencia. Porque es preciso aceptar no<br />

solamente el estar enfermos, sino también el estar de la clase<br />

de enfermedad que Dios quiera, no haciendo elección o<br />

repulsa alguna de cualquier mal o aflicción que sea, por<br />

abyecta o deshonrosa que nos pueda parecer; por el mal y la<br />

aflicción sin abyección, con frecuencia hinchan el corazón en<br />

vez de humillarle. Mas cuando se padece un mal sin honor, o<br />

el deshonor mismo, el envilecimiento y la abyección son<br />

nuestro mal, ¡qué ocasiones de ejercitar la paciencia, la<br />

humildad, la modestia y la dulzura de espíritu y de corazón! »<br />

Santa Teresa del Niño Jesús «tenía por principio, que es<br />

preciso agotar todas las fuerzas antes de quejarse. ¡Cuántas<br />

veces se dirigía a maitines con vértigos o violentos dolores de<br />

cabeza! Aún puedo andar, se decía, por tanto debo cumplir mi<br />

deber, y merced a esta energía, realizaba sencillamente actos<br />

heroicos». Conviene dar a conocer a los Superiores nuestras<br />

enfermedades, pero inspirándonos en tan hermosa<br />

generosidad, continuaremos llenando fielmente en la<br />

enfermedad las obligaciones que tan sólo piden una buena<br />

voluntad, y en la medida que fuere posible, las que exigen la<br />

salud. Y a fin de santificar nuestros males seguiremos este<br />

prudente aviso de San Francisco de Sales: «Obedeced, tomad<br />

las medicinas, alimentos y otros remedios por amor de Dios,<br />

acordándonos de la hiel que El tomó por nuestro amor.<br />

Desead curar para servirle, no rehuséis estar enfermo para<br />

obedecerle, disponeos a morir, si así le place, para alabarle y<br />

gozar de El. Mirad con frecuencia con vuestra vista interior a<br />

Jesucristo crucificado, desnudo y, en fin, abrumado de<br />

disgustos, de tristezas y de trabajos, y considerad que todos<br />

nuestros sufrimientos, ni en calidad ni en cantidad, son en<br />

modo alguno comparables a los suyos, y que jamás vos<br />

podréis sufrir cosa alguna por El, al precio que El ha sufrido<br />

por vos.»<br />

Así hacía la venerable María Magdalena Postel. Un asma<br />

violenta, durante treinta años por lo menos, habíase unido a<br />

138

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!