07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

mas a condición de hacer todo cuanto su voluntad significada<br />

disponga, para prevenirla o para triunfar de ella. Entonces, sin<br />

perder un momento el ánimo, es preciso poner nuestra<br />

confianza en Dios, abandonarnos a su dulce providencia y no<br />

temer nada; oraremos, combatiremos y, siendo El quien nos<br />

expone al combate, no nos dejará solos ni permitirá que<br />

sucumbamos.<br />

No impide ciertamente el Santo Abandonó el deseo<br />

moderado de quedar libre de esta peligrosa prueba, pero sí<br />

desecha la inquietud y el exceso de este deseo. «En cuanto a<br />

vuestras inveteradas tentaciones, decía a Santa Juana de<br />

Chantal su sapientísimo Director, no tengáis tanto empeño en<br />

veros libre de ellas, ni os amedrentéis por sus ataques, de los<br />

que, Dios mediante, os veréis pronto libre; así se lo suplicaré<br />

yo, pero os lo aseguro que resignándome siempre a su divino<br />

beneplácito, mas con una resignación dulce y alegre. Deseáis<br />

con toda vuestra alma que Dios os deje en paz por este lado,<br />

sin embargo, por lo que a mí toca, deseo que Dios esté<br />

tranquilo por todos lados, que ninguno de nuestros deseos sea<br />

contrario a los suyos. No quiero que deseéis con deseo<br />

voluntario esta paz inútil y quizá perjudicial; lo que quiero es<br />

que no os atormentéis con estos deseos ni con otro<br />

cualquiera. Nuestro Señor nos dará la paz cuando nos<br />

sometamos dulcemente a vivir en guerra. Mantened firme<br />

vuestro corazón: Nuestro Señor os ayudará, y nosotros por<br />

nuestra parte lo amaremos de todo corazón.»<br />

11. LOS CONSU<strong>EL</strong>OS Y <strong>LA</strong>S ARI<strong>DE</strong>CES<br />

Tan pronto prodiga Dios las consolaciones sensibles o las<br />

dulzuras espirituales, como las da con medida, o bien retira la<br />

dulzura, produciendo en el alma un gran vacío. El sentimiento<br />

permanece frío; la imaginación, veleidosa; la inteligencia,<br />

inactiva, y el fastidio y el disgusto invaden con frecuencia las<br />

profundidades de la voluntad. Hasta los santos han conocido<br />

estas dolorosas variedades, y nuestro Padre San Bernardo<br />

expresa su dolor en estos términos: «¿Cómo es que mi<br />

corazón se ha secado como una tierra sin agua? Está tan<br />

endurecido que me es imposible excitar las lágrimas de<br />

compunción; los salmos me son insípidos, la lectura ha<br />

242

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!