07.05.2013 Views

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

EL SANTO ABANDONO - AMOR DE LA VERDAD

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

mucho más lo que Dios quiere, persuadida como estoy de que<br />

la mejor disposición que se puede tener para morir bien es<br />

someterse a la voluntad de Dios.»<br />

Finalmente, lo esencial es una santa muerte preparada por<br />

una vida santa, ya que de esto depende la eternidad. He aquí<br />

lo que hemos de desear sobre todo y solicitar de manera<br />

absoluta. Esperando el día señalado por la Providencia, sea<br />

nuestro cuidado de cada instante hacer plenamente fructuoso<br />

para la eternidad el tiempo que Ella nos deja; y cuando<br />

nuestro fin parezca próximo, sea nuestra única preocupación<br />

conformar y aun uniformar nuestra voluntad con la de Dios, ya<br />

en la muerte, ya en todas las circunstancias, hasta las más<br />

humillantes, pues nada es más capaz de hacerla santa y<br />

apacible.<br />

Artículo 4º.- La desigual distribución de los dones<br />

naturales<br />

Es necesario que cada cual esté contento con los dones y<br />

talentos con que la Providencia le haya dotado, y no se<br />

entregue a la murmuración porque no haya recibido tanta<br />

inteligencia y habilidad como otro, ni porque haya ido a menos<br />

en sus recursos personales, por excesivo trabajo, por la vejez<br />

o la enfermedad. Este aviso es de utilidad general; pues los<br />

más favorecidos tienen siempre algunos defectos que les<br />

obligan a practicar la resignación y la humildad. Y será tanto<br />

más peligroso dejar sin defensa este lado, cuanto que por ahí<br />

ataca el demonio a gran número de almas: incítalas a<br />

compararse con lo que fueron en otro tiempo, con lo que son<br />

otros, a fin de hacer nacer en ellas todo género de malos<br />

sentimientos, así como un orgulloso desprecio del prójimo,<br />

una necia infatuación de sí mismos, y una envidia no exenta<br />

de malignidad juntamente con el desprecio, y quizá también el<br />

desaliento.<br />

Tenemos el deber de conformarnos en esto como en todo<br />

lo demás con la voluntad de Dios, de contentarnos con los<br />

talentos que El nos ha dado, con la condición en que nos ha<br />

colocado, y no hemos de querer ser más sabios, más hábiles,<br />

más considerados que lo que Dios quiere. Si tenemos menos<br />

153

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!