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Identidades a flor de piel

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halshs-00291675, version 1 - 28 Jun 2008<br />

<strong>de</strong>sprevenidos (…). Chicos <strong>de</strong> barriadas con puñales y revólveres<br />

hechizos, dispuestos a todo, viviendo en la miseria, don<strong>de</strong> sobrevive el<br />

más fuerte y don<strong>de</strong> la champeta con bazuco y licor se convierten en un<br />

<strong>de</strong>recho a la evasión, pero también a menudo en un cóctel letal‖ (El<br />

Tiempo, 14 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2002) 196 .<br />

Ahora bien, no es porque los champetúos antepongan su pertenencia racial que la<br />

champeta sea consi<strong>de</strong>rada como negra; es <strong>de</strong>bido a que la champeta se expresa a través <strong>de</strong><br />

la transgresión –social, cultural, regional– que sus características son racializadas.<br />

Haciendo énfasis sobre el cuerpo y los po<strong>de</strong>res sexuales, sobre la violencia <strong>de</strong> los sonidos<br />

y la nula articulación <strong>de</strong> las palabras, la champeta presenta prácticas que no se consi<strong>de</strong>ran<br />

respetables, situándolas <strong>de</strong>liberadamente en el campo <strong>de</strong> la inversión <strong>de</strong> las categorías<br />

asociadas con el ―buen gusto‖ y la conveniencia. Su reducción a un cierto número <strong>de</strong><br />

prácticas naturalizadas está apoyada en la referencia a la raza, como un factor explicativo<br />

que permite la comprensión <strong>de</strong> su carácter ―salvaje‖ y que justifica su rechazo.<br />

Es, sin duda alguna, en su evocación directa y a menudo sonora <strong>de</strong> la sexualidad que los<br />

textos <strong>de</strong> la champeta manifiestan su po<strong>de</strong>r subversivo y su carga social <strong>de</strong> la manera más<br />

directa. Los cantantes se volvieron expertos en el manejo <strong>de</strong>l doble sentido para <strong>de</strong>scribir<br />

su realidad cotidiana, compartida por la mayoría <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> Cartagena,<br />

coqueteando con la insolencia y la provocación al evocar verbalmente y <strong>de</strong> manera<br />

sonora sus proezas sexuales. En la canción Dame el chiquito <strong>de</strong> El Halcón, la palabra<br />

―chiquito‖ hace alusión a pequeño y también al orificio anal; La Turbina <strong>de</strong> Elio Boom,<br />

es más conocida como Hún<strong>de</strong>lo todo, nada afuera; el coro <strong>de</strong> El caramelo, <strong>de</strong> Milton<br />

Mendoza, dice:<br />

―tìralo, hálalo, chúpalo,<br />

muér<strong>de</strong>lo, saboréalo,<br />

castígalo,<br />

estíralo por un lado,<br />

196 Igualmente, recor<strong>de</strong>mos un editorial <strong>de</strong> Enrique Santos, uno <strong>de</strong> los periodistas más<br />

influyentes <strong>de</strong>l país, que conmocionó a los amantes <strong>de</strong> la champeta por consi<strong>de</strong>rarla como un<br />

atentado en contra <strong>de</strong>l arte y <strong>de</strong> la cultura, y más allá, contra las convenciones sociales: “Alego,<br />

a<strong>de</strong>más, que está científicamente <strong>de</strong>mostrado que esta cacofónica algarabía (…), propicia<br />

comportamientos violentos y <strong>de</strong>genera en alteraciones <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n público” (El Tiempo, 7 <strong>de</strong><br />

febrero <strong>de</strong> 1999).<br />

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