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102 el registro mercantil <strong>en</strong> <strong>colombia</strong><br />

El registro mercantil español 103<br />

de las escrituras, d<strong>en</strong>tro de los quince días sigui<strong>en</strong>tes a su otorgami<strong>en</strong>to, para<br />

que el int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de la provincia tomase razón de las mismas.<br />

Sin embargo, no debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse que la toma de razón fuese consustancial<br />

a la pres<strong>en</strong>tación del docum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el registro g<strong>en</strong>eral de comercio. La<br />

práctica del asi<strong>en</strong>to de inscripción no era obligatoria. El C. Co. 1829 cont<strong>en</strong>ía, por<br />

vez primera <strong>en</strong> nuestro derecho, el boceto de una norma relativa al control que<br />

corresponde al titular del registro sobre la docum<strong>en</strong>tación que aspira a lograr<br />

la protección tabular. Y esto puede colegirse de las distintas facetas <strong>en</strong> que se<br />

manifestaba la actuación del int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de la provincia a cargo del registro.<br />

Así, de acuerdo con el artículo 23 C. Co. 1829, «el Secretario de la Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

de cada provincia t<strong>en</strong>drá a su cargo el registro g<strong>en</strong>eral, y será responsable de<br />

la exactitud y legalidad de sus asi<strong>en</strong>tos». «Exactitud» y «legalidad» son dos<br />

palabras que hoy configuran dos principios registrales básicos, como son los<br />

de fe pública y legalidad. El titular del registro debía, pues, comprobar que los<br />

docum<strong>en</strong>tos que pret<strong>en</strong>dían acceder a la protección tabular eran merecedores<br />

de obt<strong>en</strong>er los b<strong>en</strong>eficios de la publicidad registral 16 . La labor del registrador<br />

se concretaba tanto <strong>en</strong> el aspecto externo del título, es decir, la necesidad<br />

de que el título reuniese los requisitos formales que le marcaba su propia regulación,<br />

como <strong>en</strong> su verti<strong>en</strong>te interna, <strong>en</strong> clara refer<strong>en</strong>cia al cont<strong>en</strong>ido substancial<br />

del docum<strong>en</strong>to.<br />

El C. Co. 1829, por lo tanto, apuntaba un mecanismo de filtro de los docum<strong>en</strong>tos<br />

que se pres<strong>en</strong>taban a registro porque el hecho de lograr la inscripción<br />

les permitía gozar de unos efectos de oponibilidad fr<strong>en</strong>te a terceros.<br />

La calificación, o exam<strong>en</strong> y valoración del docum<strong>en</strong>to, se perfilaba como el<br />

presupuesto básico de la publicidad registral 17 .<br />

El otro gran hito histórico <strong>en</strong> el registro mercantil se sitúa <strong>en</strong> la última<br />

década del siglo xx por suponer una evolución <strong>en</strong> la institución registral<br />

y crear las bases de la actual, y sin duda de la futura, configuración del<br />

16 En este s<strong>en</strong>tido, Garrigues (1949) destaca como uno de los mayores logros de la<br />

codificación <strong>en</strong> materia registral el otorgami<strong>en</strong>to de los efectos de oponibilidad a<br />

la inscripción tabular.<br />

17 Todo esto nos permite afirmar, <strong>en</strong> contra de la unánime doctrina hipotecarista<br />

(vid., por todos, Gómez Galligo. Análisis histórico...), que la calificación tuvo su orig<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> un texto mercantil y no <strong>en</strong> proyectos legislativos del Código Civil o de las<br />

normas hipotecarias, como se vi<strong>en</strong>e afirmando hace ya más de un siglo.<br />

registro mercantil. Coincid<strong>en</strong> los tratadistas 18 <strong>en</strong> señalar que el ingreso de<br />

España <strong>en</strong> la CEE influyó de manera decisiva <strong>en</strong> la necesidad de revisar nuestra<br />

regulación registral mercantil para adaptarla al nuevo marco normativo<br />

al que nuestro país se adhirió a mediados de los años och<strong>en</strong>ta. Sin embargo,<br />

no debe tampoco perderse de vista que las décadas que siguieron a la<br />

promulgación del RRM 1956 fueron, sin duda, las más fecundas, hasta ese<br />

mom<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> cuanto al desarrollo de los estudios doctrinales sobre derecho<br />

mercantil 19 . Y la materia registral, por su directa implicación <strong>en</strong> la regulación<br />

societaria, se b<strong>en</strong>efició de esa at<strong>en</strong>ción y dedicación ci<strong>en</strong>tífica, lo que originó<br />

(fruto, <strong>en</strong> es<strong>en</strong>cia, de los estudios acerca del derecho de sociedades) que la<br />

doctrina ci<strong>en</strong>tífica pusiese de manifiesto las car<strong>en</strong>cias del texto reglam<strong>en</strong>tario<br />

y, consecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, que la regulación registral quedase anticuada al<br />

no responder ya a las necesidades evolutivas del tráfico mercantil.<br />

La reforma era, por lo tanto, ineludible, y quedó plasmada <strong>en</strong> la Ley 19 de<br />

1989 de 25 de julio, de Reforma parcial y adaptación de la legislación mercantil<br />

a las directivas de la Comunidad Económica Europea.<br />

La modificación de la normativa societaria, propiciada por la Ley 19 de<br />

1989, llevó aparejada, como reforma global que era, la de su refer<strong>en</strong>te registral.<br />

Las bases s<strong>en</strong>tadas para la nueva regulación del registro mercantil,<br />

como es conocido, pret<strong>en</strong>dían aunar, por un lado, la incorporación de las<br />

mejoras técnicas surgidas de nuestra propia experi<strong>en</strong>cia, y, por otro, la necesidad<br />

de adaptar ese mismo sistema a la normativa comunitaria, es decir,<br />

incorporar a nuestro derecho el acervo comunitario 20 .<br />

Así, el nuevo marco societario, plasmado <strong>en</strong> la Ley 19 de 1989, trajo consigo<br />

tres grandes novedades <strong>en</strong> materia registral.<br />

En primer lugar, la reforma del Código de Comercio, con una nueva redacción<br />

de los artículos 16 a 24 C. Co., que insertaron <strong>en</strong> una norma de rango<br />

legal, como v<strong>en</strong>ía reclamando la doctrina (M<strong>en</strong>éndez, 1990, p. 400), los principios<br />

registrales cont<strong>en</strong>idos hasta <strong>en</strong>tonces <strong>en</strong> el texto reglam<strong>en</strong>tario de 1956.<br />

En segundo lugar, la Ley 19 de 1989 <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dó a los registradores mercantiles<br />

nuevas funciones, algunas de ellas desconocidas <strong>en</strong> nuestro derecho,<br />

18 (Vid., por todos, M<strong>en</strong>éndez, 1990).<br />

19 Sobre este particular, M<strong>en</strong>éndez, (1993).<br />

20 En este s<strong>en</strong>tido, Girón T<strong>en</strong>a, 1989, y Fernández de la Gandara, 1987.

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