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teoria de las relaciones internacionales - Páginas Personales UNAM

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Presumimos que los estadistas piensan y actúan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los términos <strong>de</strong> un interés<strong>de</strong>finido como po<strong>de</strong>r, y el testimonio <strong>de</strong> la historia comprueba dicha presunción. Lapresunción nos permite repasar el trazado y anticipar, por así <strong>de</strong>cirlo, los pasos que unestadista (pasado, presente o futuro) ha tomado o tomará en el escenario político. Miramospor sobre su hombro cuando escribe sus comunicaciones; escuchamos sus conversacionescon otros estadistas; leemos y anticipamos sus propios pensamientos, pensando en términos<strong>de</strong> interés, <strong>de</strong>finido en cuanto a po<strong>de</strong>r, pensamos como él piensa, y como observadores<strong>de</strong>sinteresados enten<strong>de</strong>mos sus pensamientos y acciones quizá mejor que lo que él mismo,actor como es en el escenario político, los entien<strong>de</strong>.El concepto <strong>de</strong> interés <strong>de</strong>finido como po<strong>de</strong>r impone una disciplina intelectual sobre elobservador, inculca un or<strong>de</strong>n racional en materia <strong>de</strong> la política y hace posible lacomprensión teórica <strong>de</strong> la política. Por parte <strong>de</strong>l actor, le otorga una disciplina racional enla acción y crea esa extraordinaria continuidad en la política exterior norteamericana,británica o rusa; la presenta asimismo como un todo racional, consistente consigo misma entérminos racionales y con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los variados motivos, preferencias, y <strong>de</strong> <strong>las</strong>cualida<strong>de</strong>s intelectuales y morales <strong>de</strong> los sucesivos estadistas que la han conducido. Unateoría realista <strong>de</strong> la política internacional se opondrá a dos falacias populares: lapreocupación con los motivos y la preocupación por preferencias i<strong>de</strong>ológicas.Buscar la explicación <strong>de</strong> la política exterior exclusivamente en la motivación <strong>de</strong> losestadistas es fútil y engañoso. Es fútil porque los motivos constituyen los datos máselusivos <strong>de</strong> la psicología, <strong>de</strong>formados como quedan, frecuentemente más allá <strong>de</strong> todo, porlos intereses tanto <strong>de</strong>l actor como <strong>de</strong>l observador. . . Sin embargo, aun si tuviéramos accesoa los diferentes motivos <strong>de</strong>l estadista, ese conocimiento nos ayuda poco en la comprensión<strong>de</strong> la política exterior y bien pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sviarnos. Es cierto que el conocimiento <strong>de</strong> losmotivos <strong>de</strong>l estadista pue<strong>de</strong> darnos una entre muchas <strong>de</strong> <strong>las</strong> directivas que pudieron guiar asu política exterior, pero no nos pue<strong>de</strong> dar el dato esencial para po<strong>de</strong>r pre<strong>de</strong>cir su políticaexterior. La historia no muestra ningún correlato exacto y necesario entre la calidad <strong>de</strong> losmotivos y la calidad <strong>de</strong> la política exterior. Esta verdad es aplicable tanto en moral como enpolítica.No po<strong>de</strong>mos concluir <strong>de</strong> <strong>las</strong> buenas intenciones <strong>de</strong> un estadista que su política exterior serámoralmente elogiable o políticamente satisfactoria. Al juzgar sus motivos po<strong>de</strong>mos afirmarque no seguirá políticas que son moralmente equívocas; pero nada po<strong>de</strong>mos afirmarrespecto a la probabilidad <strong>de</strong> su éxito. Si queremos saber <strong>las</strong> cualida<strong>de</strong>s morales y políticas<strong>de</strong> sus acciones, <strong>de</strong>bemos conocer éstas y no sus motivos.Las razones motrices que son buenas nos aseguran que no existirán políticas<strong>de</strong>liberadamente ma<strong>las</strong>, pero no garantizan la bondad moral o el éxito político <strong>de</strong> la políticaque inspiran. Io que tiene importancia conocer, si es que se <strong>de</strong>sea enten<strong>de</strong>r a la políticaexterior, no son tanto los motivos primarios <strong>de</strong>l estadista, sino su capacidad intelectual para

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