teoria de las relaciones internacionales - Páginas Personales UNAM
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Luego <strong>de</strong> argumentar cuáles fueron <strong>las</strong> razones por <strong>las</strong> que se modificó la edición anterior,especialmente eliminando la justificación <strong>de</strong> la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> política <strong>de</strong>lpo<strong>de</strong>r puesto que había tomado carta <strong>de</strong> aceptación entre los estudiosos <strong>de</strong>l tema, afirmabaque: “La política <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r creció gradualmente hasta convertirse en un estudio <strong>de</strong> <strong>las</strong>ociedad internacional, en don<strong>de</strong> se hace hincapié plenamente en el carácter sinóptico <strong>de</strong>este estudio. El subtítulo <strong>de</strong> la segunda edición se <strong>de</strong>stina a <strong>de</strong>stacar el objeto principal <strong>de</strong>llibro. Se trata <strong>de</strong> proporcionar una teoría operante <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong> <strong>internacionales</strong> que seadapte a los hechos y a <strong>las</strong> ten<strong>de</strong>ncias principales <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong> <strong>internacionales</strong>, pasadasy presentes, y que ponga <strong>de</strong> relieve <strong>de</strong>bidamente <strong>las</strong> fuerzas dirigentes reales en estaturbulenta sociedad. Mi objetivo constante ha sido el <strong>de</strong> evitar que este cuadro <strong>de</strong> <strong>las</strong>ociedad internacional en su totalidad llegue a <strong>de</strong>sdibujarse prestando un interés in<strong>de</strong>bido alos <strong>de</strong>talles. Sin embargo, al mismo tiempo esta teoría tiene que ser constantementesometida a prueba por referencia a los hechos y a los problemas concretos más significativoSólo <strong>de</strong> esta manera pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse que la interpretación no es arbitraria, sino que valeen tanto no sea modificada o reemplazada por otra teoría que llene esos requisitos <strong>de</strong> unamanera satisfactoria. Así, en el punto en el que estuve razonablemente seguro <strong>de</strong> que sinartificialida<strong>de</strong>s, los hechos encajaban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la teoría, me contenté con <strong>de</strong>jar <strong>las</strong> cosas enesa situación. En <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong> <strong>internacionales</strong>, como en cualquier otro campo <strong>de</strong>investigación, existe una profundidad óptima, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la cual es inútil buscar. De estamanera, fenómenos que a juicio <strong>de</strong> filósofos, teólogos y psiquiatras puedan requerir otraexploración, pue<strong>de</strong>n muy bien ser estudiados con mayor profundidad por estos hechicerosmo<strong>de</strong>rnos. Esto, sin embargo, cae más allá <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong>l estudioso <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong><strong>internacionales</strong>.En medio <strong>de</strong> una guerra fría, el intento <strong>de</strong> estudiar <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong> <strong>internacionales</strong> <strong>de</strong> unamanera tan objetiva como se ofrece al hombre imperfecto pue<strong>de</strong> no tener atractivo algunopara los partidarios <strong>de</strong> ambos bandos. Los voceros <strong>de</strong>l otro lado pue<strong>de</strong>n con justiciaquejarse <strong>de</strong> que no me he callado mi antipatía sin límites hacia el totalitarismo así como laprofunda <strong>de</strong>sconfianza que me inspira, en cualquier forma <strong>de</strong> disfraz que adopte. Sinembargo . . la c<strong>las</strong>e <strong>de</strong> objetividad que pretendo no incluye evitar este tipo <strong>de</strong> críticas.Cualquier persona tiene <strong>de</strong>recho a emitir sus propios juicios <strong>de</strong> valor acerca <strong>de</strong> estascuestiones. La única cuestión que no interesa al tratamiento científico —como distinto <strong>de</strong>lpropagandista <strong>de</strong> estas cuestiones controversiales es la <strong>de</strong> articular predilecciones yantipatías <strong>de</strong> carácter subjetivo. A la recíproca, quienes tienen a su cargo la elaboración <strong>de</strong>la i<strong>de</strong>ología occi<strong>de</strong>ntal tienen fundamentos igualmente válidos para quejarse. No he hechoconscientemente concesiones a sus estructuras <strong>de</strong> pensamiento ni a <strong>las</strong> exigencias <strong>de</strong> suscampañas en pro <strong>de</strong> la verdad como distintas <strong>de</strong> los valores básicos que comparto con ellos.El sucumbir a tal tentación —que nunca ha existido equivaldría a traicionar la irrevocableconfianza <strong>de</strong> la investigación académica en una comunidad libre: la integridad científica.