Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

La Sala de Redacción
L a sala de redacción vista tras los cristales que la rodean tiene
una cierta apariencia de lo que podría ser el interior de
una nave espacial momentáneamente aislada en su vuelo a la
estratósfera pero fuertemente imantada (orientada) hacia su
punto de origen: la tierra y sus acaeceres de cada día.
Los supuestos “tripulantes” de esa nave se ven sentados
frente a numerosos tableros de teclas que ellos dominan y la
intensa concentración con que se aplican a sus tareas igualarían
o remedarían las escafandras espaciales o los trajes de
vuelo que, a la vez, los compacta y los uniforma en una unidad
que también los engloba en función de equipo puesto que
se adivinan todos comprometidos en un rumbo previsto si
bien contemplado con distintos modos y humores, vale decir,
estilos.
No obstante, el grado de concentración de cada sujeto varía
según la tarea que cumple y según su propio temperamento.
Todos, sin embargo, exhiben — siempre bajo una luz artifi cial
muy agresiva, tanto de día como de noche — una aguda capacidad
de abstracción aplicada al trabajo que ejecutan y que
les permite volcar sus ideas a través de las maquinillas en que
escriben, sin que nada ni nadie pueda aparentemente perturbar
sus pensamientos a pesar de que en ocasiones la sala se halle
ocupada al tope. Todos parecen estar enteramente calmos no
importa el mar de impresiones que estén expresando en forma
escrita. La mayoría fuma — eso sí — como si de ello dependiera
su último soplo de vida. Y los que no lo hacen tienen
unas expresiones tan ausentes en sus rostros como si estuvieran
montados en una nube. (Perdón, habíamos dicho una nave espacial
para ser más modernos).
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