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Reloj de Sol
cialmente al menos) el mínimo decoro aplicando sanciones
inexcusables brevemente anunciadas, además ante una sociedad
estragada y ofendida.
Cuando…
— Ya cállese, comadre — me dice la comadre más corajuda
— deje eso porque de nada va a servir todo nuestro coraje
mientras los valores entendidos estén en manos de la publicidad,
de las relaciones públicas y de otras lindezas por el estilo y
a cargo de un presupuesto 71 veces millonario.
El agua turbia y salada ya la tenemos al cuello.
¿A quién acudir?
¡Como no sea — en línea directa — al patriarca Noé!
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