Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
En el caso preciso de esos ciudadanos salvadoreños concurren
circunstancias extremas. Concurre la guerra en su país,
concurren los cambios bruscos de la ecología social y política
que habíamos apuntado antes. Concurre también la falta de
fuentes de trabajo, equivalentes a la más cruel sequía del Senegal;
concurren todos y cada uno de los agravantes que hemos
ido mencionando a lo largo de estas líneas. Concurre sobre
todo la persistencia de regímenes políticos y económicos abusivos
y explotadores.
La prensa extranjera habla de los culpables de la extinción
de esas trece vidas que fueron inmoladas por la avaricia de unos
pocos “coyotes”.
No, los culpables están más lejos y en todas partes… Los
culpables de este preciso éxodo — llámense espaldas mojadas,
ilegales, o como quiera llamárseles en esta parte del mundo —
son los que ignoran que las tierras que arrojan a otras playas el
excedente humano que no puede hallar sustento en su propio
país son precisamente los lugares donde se harán — en su día
— las devoluciones.
¡AHORA! *No. 870* 28 DE JULIO DE 1980
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