Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Trueque mortal en escenarios
delirantes con refl ejos color naranja
S abido es que el “agente naranja” es una sustancia o una
combinación de sustancias químicas, inidentifi cables someramente
por su coloración (naranja, por supuesto) y de la
que se sabe que posee un alto efecto tóxico específi camente depredador
del follaje de los bosques que fueran sometidos a su
poder contaminante con los consiguientes estragos derivados
de su contacto directo, que, para mayor calamidad, pudo ser
esparcida desde aparatos de aviación con métodos de aspersión
masiva inventados — originalmente — para producir efectos
benéfi cos (plaguicidas y fertilizantes) en cultivos de toda índole
y para preservar bosques y fl orestas llamados a reproducirse y
a mantener el equilibrio ecológico de aquellas regiones donde
fuera menester coadyuvar con la Naturaleza para mantener la
esperanza de vida en la ancha faz del mundo en que vivimos.
Este “agente naranja” (¡ay, naranja y defoliante!) fue el que
se usó con ensañamiento en la guerra que nunca llegó a ser declarada
ofi cialmente como tal por el gobierno norteamericano
pero que produjo daños incalculables en el territorio y la población
de la península del sureste asiático llamado Viet Nam.
Un poder avasallante ejerció así el derecho del más fuerte… Sin
embargo, la Historia ha dejado constancia irrefutable (a pesar
de las películas de serie llamadas Rambo) de que las prácticas
depredadoras de ese poder — por funestas que fueran — no
lograron el propósito de aniquilamiento cuasi total que hubiera
llevado a esa pobre nación a una rendición incondicional.
Todo lo contrario, los atacantes tuvieron que “irse a casa” sin
otro trofeo que una derrota tanto más signifi cativa cuanto que
fue la primera de su historia.
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