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Reloj de Sol
El periodista, a diferencia del músico, tendrá no sólo que
“afinar” su instrumento sino que deberá seguir una partitura
según una directriz no visible pero que marca no obstante un
compás general.
Llegado un cierto momento el aire interior de la supuesta
nave espacial se hace denso — o tenso — a medida que se
aproxima la culminación de los distintos procesos que hacen
posible la tirada efectiva de un rotativo puesto que es de la sala
de redacción de donde sale — de la que se extrae — la materia
prima indispensable para que se cumpla el proceso general que
justifica todo el esfuerzo común.
Este último momento requiere nervios de acero, gran ecuanimidad,
oficio, pericia y buena voluntad así como un fuerte
espíritu de cuerpo que se transmite (que emana) desde los niveles
de mando hasta llegar al más modesto de los sujetos involucrados
en el producto final puesto que a todos los niveles
prima la conciencia de que la tarea a rendir no es solamente la
de hoy sino que hay que continuar con la de mañana en otro
vuelo igual o posiblemente más ambicioso.
Compartir esa experiencia siquiera una vez por semana me
parece un privilegio. Lo que hago constar aquí con respeto y
admiración.
¡AHORA! *No. 939* 23 DE NOVIEMBRE DE 1981
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