Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
Todo ese marco de referencia al que se puede agregar el
perfil de una madre competente y recta y el de un padre bondadoso
y flexible, completa el negativo del que vamos a sacar
una imagen que trasunta una frágil fisonomía, no ya sólo por
condiciones innatas sino por condicionamiento de clase y de
circunstancia.
Salvo la vida al aire libre que sí era una experiencia de
primera mano exultante y sensual, todo lo demás se reducía
a pequeños horarios, a lecturas erráticas, a un extrañamiento
imperceptible que, de haber continuado, ponía en peligro la
progresiva integración del núcleo de la personalidad cualquiera
que éste fuera por falta de aplicación precisa, perentoria, útil.
El cambio súbito a la capital por razones de emergencia,
dado que la precariedad creciente del prepuesto familiar exigía
abrir nuevos horizontes de trabajo imposibles de alcanzar en la
provincia, hizo desechar el status de holgada medianía provinciana
en que se había mantenido la familia hasta ese momento
para sustituirlo por otro más humilde pero conforme a las
nuevas realidades de crisis económica general en el país. Con
algo de suerte y un poco de educación y buenas maneras, se
pensaba, no sin razón, que las dos hijas de la casa encontrarían
empleo, lo que en efecto se logró sin mayor tardanza. La meta
subsiguiente sería tratar de proseguir estudios universitarios.
La vida de provincia sería en lo adelante una página olvidada.
La nueva realidad capitalina, incisiva y mordiente, se imponía.
Un halo de irrealidad nimbaba la cabeza (las maneras, las
actitudes) de aquella joven casi minus-válida que, sin embargo
funcionaba en un engranaje de horarios y exigencias, de trajines
y tareas tan constriñentes como la vía de un túnel puede
serlo a quien, una vez dentro de él, busca la salida.
¿Qué era ese halo?
¿Cómo podía existir o persistir dentro de un ambiente no
solamente refractario a toda irrealidad sino hostil a todo lo que
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