Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

Carmen Quidiello de Bosch
tamos haciendo otra cosa que asumirnos una vez más — pero
a plena conciencia — en todo aquello a lo que nunca hemos
sido ajenas, pero no desde una obligatoriedad impuesta por la
fuerza misma de los hechos, sino por nuestra capacidad de análisis,
de previsión, de nuestra comprensión integral de todo lo
que conforma nuestro mundo y nuestra época.
Cundo uno de nuestros hijos va a la cárcel o pierde el empleo
no se nos ocurre jamás encogernos de hombros sino que,
por el contrario, enfrentamos la situación con tanta modestia
como valor; con tanta abnegación como dedicación; con tanto
brío como nos lo permitan nuestras fuerzas y más allá, por supuesto…
mucho más allá.
Cuando el marido yerra o se equivoca o se enferma o muere
no se nos ocurre echarles culpas o retirar el hombro o menospreciarlo
o darle la espalda. Nos asumimos y lo asumimos
amorosamente por lo que él es por sí mismo y por lo que él es
en relación a su familia y a su sociedad. Y no me estoy refiriendo
a los casos extremos de las clases menos favorecidas, sino
a las capas medias de las que somos parte y en cuyos valores
tradicionales se vuelven a menudo en contra de nosotros ya
que estamos condicionadas a captar la realidad en forma conformista,
fatalista, inherente a las sociedades subdesarrolladas
como la nuestra.
Si somos capaces en el orden profesional de dar la talla para
rendir una tarea de calidad y de responsabilidad, ¿cómo podemos
autodescalificarnos incondicionalmente para renunciar a
rendir tareas de asociación, de incentivación, de militancia y
de aplicación plena (íntegra) en la obra de rescatar una sociedad
de sus lacras y de orientarla hacia un desarrollo pertinente
e impostergable, lo que requiere de nuestra dedicación como
factor integral a los cambios más perentorios?
Querer opinar es ya una forma de opinar — no precisamente
dentro de foros internacionales por muy prestigiosos que éstos
sean — sino aquí y ahora. Prepararnos para opinar, para
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