Reloj de Sol.pdf - Banco de Reservas

La sirena varada…sin mayores
consecuencias
C on mis atributos físicos…no me hablen a mí de majas ni
de majaderías. Quisiera yo ver cómo mantienen ellas el
ritmo y la gracia — tanto unas como otras — que se nos exige
a las sirenas en medio de cualquier tiempo sea borrascoso o
no. Aunque si se trata de una tormenta como ésa que acaba de
pasar con el nombre de varón, ya una tiene que tomar sus precauciones…Por
algo yo estoy aquí varada…
Todo empezó con ritmo de fox-trot y esto lo sé por boca
de mi abuela que lo aprendió — el ritmo del fox-trot — a
fuerza de oírselo silbar al cocinero mayor o al maitre, no estoy
segura, del “White Start”, buque turístico de primera clase que
solía fondearse por las cercanías de la roca preferida de mi
abuela. Que por supuesto todavía no era mi abuela. Después
llegaron vientos cruzados dizque a un ritmo de contradanza.
Y eso (dizque) no lo sé por mi abuela, sino por una ballena
azul que pasó de largo con mucha prisa hacia el Círculo Polar
Antártico por temor a perder el rumbo según iba en aumento
la fuerza del viento que de más está decir iba a todo dar.
Como me lo dijo de pasada no pude comprender bien de qué
se trataba, pero tengo la impresión de que su apreciación de
los vientos entrecruzados (tipo contradanza, según dijo) estaba
basada en criterios antiguos, por no decir pasaditos de
moda: siglo y medio atrás, por lo menos, edad promedio de
las ballenas de ese preciso tono azul (Jet-Set de las profundidades
mayores.)
¿Y por dónde iba yo…? ¡Ah sí!, por lo del siglo y medio.
Pero cambiando de tema, debo dejar bien establecido — en
esta casa para mí misma — que en eso de los peinados de
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